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80 SEGURITECNIA Mayo 2014 Seguridad en Hospitales La tuneladora Recientemente se ha publicado la nueva Ley de Seguridad Privada y, con acierto, al referirse al proceso de ges- tión de la norma, alguien la ha imagi- nado como una “tuneladora” que ha conseguido abrir hueco desde el ex- tremo iniciado por la norma recién fa- llecida hasta un lejano extremo tem- poral muy alejado. Se pretende pues alcanzar el futuro con medidas orga- nizativas válidas en diferentes escena- rios temporales. Hemos fabricado un túnel del tiempo con la intención de adecuar, actualizar y ordenar las nor- mas que nos permitan trabajar con criterio durante un largo periodo y en muy diversas materias; este túnel construido por la “tuneladora”, mane- jada con maestría, ha contado con el apoyo de un sector que ha preparado el terreno y desbrozado caminos con su conocimiento. El túnel está construido y se vislum- bra con claridad a su salida, cuyo final se pretende que esté a una distancia superior a los “treinta años”. Tenemos túnel, se ve claridad, pero ¿hay luz en su extremo? Pues parece que sí, aunque también parece que la salida tan alejada es más estrecha que la boca, su diámetro es menor... Parece como si la tuneladora hu- biera ido desgastándose y reduciendo el grosor de sus cuchillas a lo largo del proceso de gestación de la Ley, lo que ha producido cambios que, si bien no la desvirtúan, sí que suponen una merma en su intención primera. He- mos fabricado un túnel con forma de cono truncado, que es preciso repasar. Casi todos los procesos legislativos sufren en su confección, discusión y transito por los diferentes organismos encargados de ello, enmiendas y re- miendos que unas veces mejoran y ajustan las normas y otras las desvir- túan en parte. Se asume este hecho como necesa- rio y casi siempre beneficioso, pero no pasa así en todas las ocasiones. A ve- ces se dejan en el camino escollos que en el futuro producen vacíos que ge- neran confusión. Tenemos claridad, pero necesitamos luz; por tanto, ha llegado el momento de remangarse y utilizar la taladradora, una herramienta más fina que permite acceder a lugares con mayor precisión. La taladradora Esta taladradora es el Reglamento, que en el momento de escribir estas líneas está por elaborar. Tenemos la herramienta, ahora hay que recorrer el túnel para acceder a los espacios que se deben ajustar para que cumplan su función. Esperamos y deseamos que entre todos, como ya ocurrió con la confec- ción de la ley, seamos capaces de ela- borar un documento serio, claro, com- pleto y sobre todo clarificador, que aporte una solución real y concreta a cuestiones conocidas desde hace mu- cho tiempo y para las que muchas ve- ces se han propuesto soluciones nor- mativas. Desde el Observatorio de Seguri- dad Integral en Centros Hospitalarios (OSICH), hoy nos vamos a referir a una de estas cuestiones: los establecimien- tos obligados. En el sector es por to- dos conocido y por todos referida la necesidad de regular y articular de forma objetiva la obligatoriedad de implantar en los establecimientos sa- nitarios y hospitalarios del departa- mento de Seguridad. A estas alturas ya nadie duda de su importancia y de su necesidad, pero ¿para qué estableci- mientos? Carlos Ruiz Virumbrales Vicepresidente del Observatorio de Seguridad Integral en Centros Hospitalarios (OSICH) La tuneladora, la taladradora, el berbiquí y el sacacorchos

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