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74 SEGURITECNIA Octubre 2014 Opinión sunto negocio millonario que repre- senta esta nueva forma de criminalidad. Por la forma de analizar los hechos, so- brepasando el fenómeno criminal en sí mismo, podría deducirse que alrededor de estos actos terroristas ha crecido una industria que estaría haciendo caja con cada secuestro, dándose cifras que, en algunos casos, son casi surrealistas. El negocio del secuestro con fines económicos no es algo nuevo, su exis- tencia se remonta al siglo pasado, y su mayor desarrollo está en América Cen- tral y del Sur. Países como México, Co- lombia o El Salvador acumulan los índi- ces más altos de secuestros, algo que, quizá por su cotidianeidad, ha produ- cido el triste fenómeno de realidad- compartida con la vida social. Sin em- bargo, fue a raíz de los primeros secues- tros de buques mercantes y de pesca a manos de piratas somalíes cuando este asunto comenzó a llamar la atención in- ternacional. El posterior uso de esta téc- nica terrorista por grupos yihadistas no ha hecho sino alimentar la polémica y provocar las tertulias sobre la conve- niencia de pagar un rescate o no. Si rea- lizásemos una comparativa, desde el punto de vista económico, entre el di- nero generado por el pago de rescates en México, por ejemplo, y el realizado a los grupos terroristas islamistas, podría- mos concluir que el primer caso supera al segundo en un 60 por ciento. Hoy en día, las probabilidades de ser víc- tima de un secuestro en México capital es más alto que en Libia, por ejemplo, aunque parezca increíble. Las actuacio- nes de las consultorías de seguridad en casos de secuestro son diez veces ma- yores en América Central que en otros países, a priori , más conflictivos. La res- puesta ante este fenómeno del secues- tro fue la creación de un fondo que, lle- gado el caso, permitiera a los familiares afrontar la situación con la solvencia su- ficiente para recuperar al secuestrado. Con este fin se crearon las famosas póli- zas K&R, desconocidas por muchos por su alto grado de confidencialidad, y en su apoyo los operadores de respuesta, nombre técnico dado a los negociado- res. En el mundo existen tan sólo diez compañías de seguros que ofrecen este servicio y cerca de quince consultorías de seguridad que cuentan con equipos de gestión de crisis, negociadores. D urante las últimas semanas, y a la sombra de los aconteci- mientos en Siria, con las terri- bles imágenes de los periodistas nor- teamericanos y el cooperante británico asesinados por miembros del Estado Is- lámico, ha surgido la polémica en algu- nos medios de comunicación acerca del siempre delicado asunto de los res- cates en casos de secuestro y la conve- niencia de su pago. De manera colate- ral, o quizá no tanto, se ha hablado, en ocasiones con manifiesto desconoci- miento, de las pólizas K&R, siglas ingle- sas correspondientes a Kidnap and Ran- som , es decir, secuestro y rescate. Mu- cha tinta se ha usado haciendo cálculos sobre las cantidades que los grupos is- lamistas ingresan con motivo de estos actos criminales; sin embargo, nada se ha hablado de la parte contraria de esa imagen, de los familiares y de su dere- cho a utilizar todos los medios a su al- cance para recuperar a sus seres queri- dos. De la misma manera, tampoco se ha hablado con la propiedad necesaria del funcionamiento de las mencionadas pólizas, ni de los profesionales que es- tamos detrás de ellas, más allá del pre- El negocio del secuestro con fines económicos tiene su mayor desarrollo en América Central y del Sur Salvador Burguet / Chief Executive Officer de AICS Negociación en casos de secuestro: el negocio que no es

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