seguritecnia 416

86 SEGURITECNIA Febrero 2015 Opinión un añadido a las antiguas instalaciones. Éstas se dedicaban, tras la entrada en funcionamiento de la incendiada, a des- pachos y vestuarios. Los bomberos apuntaron, en un pri- mer momento, el origen del incendio en un posible cortocircuito originado en un extremo de la nave que estaba siendo reformada y afectó a toda la cu- bierta, que se desplomó minutos des- pués de manifestarse el incendio. Los trabajadores, que estaban dentro de la factoría, huyeron al ver el humo que se expandía por todas partes. Las lla- mas produjeron una densa columna de humo visible desde varios kilómetros de distancia del siniestro. El Cuerpo de Bomberos consideró al llegar que uno de los principales ries- gos que se corría durante el incendio lo constituía la proximidad de un tan- que con 300 litros de amoníaco que se encontraba a unos cinco metros del lu- gar del siniestro. Por ello, se preparó un plan de evacuación urgente del barrio del Puente del Rey ante el aviso efec- tuado por el jefe de bomberos, que alertó del riesgo de que explotara el tanque o se produjera una fuga de ga- ses tóxicos. En este sentido, se aprovisionó de au- tobuses para trasladar a los vecinos a la ciudad deportiva de la localidad, que ha- bía sido habilitada por si era necesario. Al final no fue preciso poner en marcha este operativo, ya que los bomberos lo- graron controlar las llamas y evitaron así el riesgo de deflagración del depósito. El incendio fue controlado alrededor de las diez y media de la noche. Los operarios, que estaban ya en el exterior, empezaron a recontar a los compañeros y se dieron cuenta de que dos de ellos no estaban fuera de la fá- brica. Se trataba de Manuel Piélago, de 56 años, y Miguel Escudero, de 30. El primero, se hallaba en el lavabo cuando se iniciaron las llamas y Miguel fue visto por última vez por sus compañeros en la zona de empaquetado de la carne. A partir de entonces, se desató la alarma y el afán por intentar encontrarlos, aun- que las densas llamas y el alto grado de calor que emitía el fuego impidieron a los bomberos, desde el primer mo- mento, penetrar en la nave. M uchas personas dicen ha- ber experimentado alguna vez en su vida un déjàvu, un término francés que se puede tra- ducir como “ya visto” y que da nom- bre a la sensación de estar experimen- tando una realidad ya vivida, aunque realmente se trata de un falso recuerdo. Menos conocido es el término contra- rio , jamaisvu, “nunca visto”, que describe la extrañeza que sentimos ante una ex- periencia al creer erróneamente que nos enfrentamos a él por primera vez. El 1 de octubre de 2001 la nave in- dustrial de 16.000 metros cuadrados “Campocarne”, dedicada al despiece de carne fresca y perteneciente a Cam- pofrío, resultó prácticamente destruida por un incendio originado alrededor de las 19:30 horas. Estaba situada en el kilómetro 21 de la carretera de Valencia (N-III), dentro del barrio del Puente a Arganda, a unos cuatro kilómetros del centro urbano de la localidad, pero ya en término de Ri- vas-Vaciamadrid. La nave que resultó arrasada por el fuego era de nueva construcción, ya que comenzó a funcio- nar a principios del mismo año, como Incendio en Campofrío, lo nunca visto: ‘jamaisvu’ Manuel Martínez Coordinador del Comité de Instalación, Mantenimiento e Ingeniería de Sistemas y Equipos de TECNIFUEGO-AESPI Las llamas se iniciaron como consecuencia del calor desprendido por un soplete, descubriendo entonces que cuatro personas habían trabajado ese día cortando las vigas de hierro del edificio anexo

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz