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22 SEGURITECNIA Mayo 2015 Seguridad Rural H oy en día, la figura del guarda no pasa por su mejor mo- mento. Alrededor de ella se ciernen problemas “estructurales” y de envergadura que la nueva Ley 5/2014 trata de encauzar por novedosos ca- minos. No obstante, este innovador esfuerzo debería redoblarse en la cuestión formativa e ir mucho más allá en lo que respecta a la formación del colectivo, ya que debe ocupar nuevos nichos de actividad sin haber sido ca- paz de consolidar su exclusividad en los tradicionalmente propios. Así, la nueva ley debe decidir si la cualificación profesional en guarderío rural y marítimo va a servir exclusiva- mente para los guardas rurales y más especialidades. O, por el contrario, si interesa convertirla en la formación de todo tipo de guardas, vertebrán- dose así en inestimable herramienta en la lucha contra el intrusismo “legiti- mado” de estas otras figuras de guar- das autonómicos al igualar el requisito mínimo, eliminando de este modo la competencia por degradación o faci- lidad de remplazo de una figura so- bre otra. Pero, sobre todo, el Ministerio del Interior debe plantear un modelo de formación, de reciclaje y de especiali- zación que realmente posibilite a los guardas adquirir el nivel mínimo para poder desempeñar su trabajo, ya que hay guardas jurados de antes de la Ley 23/92 que jamás han realizado ningún tipo de formación. Por tanto, es aquí donde realmente reside la excelencia en la formación, en la especialización y, en menor medida, en el reciclaje. Asimismo, la formación inicial se sustancia como una norma de mí- nimos. En este sentido, el hecho de superar el proceso de ingreso en el oficio de guarda no significa que se hayan adquirido las habilidades que posicionarían, a este profesional, para obtener un puesto de trabajo. Es de- cir, tan solo se demuestra tener cono- cimiento sobre algunas materias teó- ricas que deberían valer de respaldo a la actividad del guarda, pero que re- sultan completamente inconexas con esta práctica, lo que pasa factura a la hora de la integración laboral. Por ello, cuesta entender cómo se pretende que se forme a un guarda rural y, más aún, a un guarda de caza o a un guardapesca, en una ciudad o en unas aulas, ya que se trata de Raúl Beltrán / Director de la Escuela del Guarderío La formación de los guardas rurales “Un guarda no puede tener mucho recorrido si solo se le forma para realizar una vigilancia por el campo”

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