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76 SEGURITECNIA Mayo 2018 Artículo Técnico Accesos en una calle peatonal Para una colocación efectiva de la ba- rrera, la separación máxima entre dos de ellas no debe ser mayor de 1.200 milímetros. Asimismo, cabe destacar que las barreras también deben tener una altura mínima de 500 milímetros. Además, puede haber barreras for- madas de forma natural ubicadas alre- dedor de un sitio que podrían usarse como parte de un perímetro seguro. Este tipo de barreras podría incluir ríos, lagunas, lagos, áreas densamente arboladas, pendientes empinadas o cambios en el nivel del suelo que des- víen el ataque o que impidan el paso del vehículo. No obstante, en aquellos lugares donde estas características no ocurren naturalmente puede ser factible dise- ñarlas. En estos casos, se deben tener en cuenta las vías de acceso y de salida para peatones y la administración ge- neral de aglomeraciones alrededor del lugar o del activo. Concretamente, las soluciones reco- mendadas son construir una zanja, una rampa o una combinación de las dos. Consideraciones tales como el costo (y el coste beneficio a largo plazo), la dis- ponibilidad de materiales y de instala- ciones de producción, las condiciones de seguridad de vehículos para definir esos espacios. La instalación de bolar- dos metálicos en el borde de la carre- tera brinda protección a los peatones contra el ataque de un vehículo hostil. El gran espacio peatonal entre el edi- ficio y la carretera crea una distancia de separación adicional que reduce signi- ficativamente la vulnerabilidad del edi- ficio a un artefacto explosivo impro- visado transportado por un vehículo (VBIED). La opción de utilizar bancos o asien- tos como un dispositivo de mitigación en este lugar no sería apropiada, ya que la ausencia de una cuneta levan- tada entre la calzada y el pavimento peatonal aumenta el riesgo de lesiones a los peatones en caso de impacto del vehículo. Asimismo, al diseñar espacios solo para peatones, se debe tener en cuenta el volumen de personas (inclu- yendo sillas de ruedas de PMR, carri- tos de bebes, etc.) que entran y salen de un lugar, junto con el acceso al es- pacio por vehículos de emergencia y de mantenimiento. Esto, unido a una evaluación exhaustiva de la dinámica del vehículo, debería influir en la forma y en el estilo de las barreras de seguri- dad apropiadas del vehículo. solo para proteger a los peatones que normalmente usarían el espacio, sino que tiene el beneficio adicional de res- tringir el acceso de los vehículos a los edificios, creando barreras naturales y de separación. La mejor forma de proteger a los pea- tones es crear vías claramente definidas separadas de los vehículos. Esto puede lograrse mediante el uso de barreras a lo largo del borde de los senderos o in- tegrando pasillos en nuevos desarrollos que limiten el acceso del vehículo pero que mantengan un fácil acceso para los peatones y que garanticen su seguri- dad. Diseños como estos también pue- den ayudar a reducir la posibilidad de atropellos accidentales entre peatones y automóviles, los cuales son bastante comunes en los aparcamientos. En este sentido, existen varios diseños que pueden ayudar a definir y a refor- zar las áreas peatonales, aunque no de- ben considerarse como la única fuente de protección. Estos pueden incluir un camino elevado, adoquines cerca de canaletas, luces en el suelo (en aparca- mientos), un borde y una barrera me- diana (como es el caso de la new jersey ). Las escaleras detendrán la mayoría de los vehículos, aunque no necesa- riamente todos, y se pueden usar para agregar un nivel de protección a las áreas de alta densidad de peatones o a los puntos de reunión. Su principal uso es mitigar los vehículos fuera de con- trol o ralentizar determinados vehícu- los. Además, también pueden actuar como un impedimento visual (endu- recimiento del objetivo). Sin embargo, no se debe confiar únicamente en ellos para proteger la infraestructura crítica, ya que algunos vehículos (como los que cuentan con base de rueda corta y cha- sis elevado) pueden subir escaleras fá- cilmente. Por su parte, el acceso de los vehícu- los de emergencia y el mantenimiento del espacio se deberían gestionar me- diante el uso de bolardos desmonta- bles o escamoteables. La separación de vehículos y espa- cios peatonales se puede lograr ubi- cando estratégicamente las barreras

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