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88 SEGURITECNIA Diciembre 2018 Prevención de Riesgos Laborales también existen otras actividades o procesos no tan evidentes en las que se puede generar una atmósfera ex- plosiva. ¿Cómo se puede generar una atmós- fera explosiva? Llegados a este punto, necesitamos co- nocer cómo se genera una atmósfera ex- plosiva para así saber establecer las me- didas preventivas oportunas para evi- tar una explosión, para la cual se necesita que se encuentren presentes todos y cada uno de los siguientes elementos: Combustible (gas, polvo, nieblas, va- pores). Comburente (el oxígeno presente en el aire). Fuente de ignición. Reacción en cadena. Sin embargo, y aunque parezca con- tradictorio, disponer de todos los ‘in- gredientes’ para que se produzca una explosión no garantiza que se vaya a producir, ya que dichos ingredientes deben encontrarse en las proporcio- nes adecuadas; de tal forma que si, por ejemplo, existe una elevada propor- ción bien de combustible o bien de comburente (oxígeno) puede no darse la explosión. De ahí que se haga refe- rencia a los llamados “límites inferiores/ superiores de explosividad”: Límite inferior de explosividad: por debajo de este límite la concentra- ción de combustible es muy baja con respecto a la concentración de oxígeno. TIPO DE ACTIVIDAD CAUSA FORMACIÓN ATEX Plantas químicas Producción y manipulación de productos químicos. Trasvase de líquidos volátiles inflamables. Depósitos de líquidos inflamables. Salas de bombas o compresores para gases o líquidos inflamables. Vertederos Formación de gases inflamables. Generación de polvo explosivo por residuos urbanos. Centrales eléctricas Uso de biomasa y otros combustibles sólidos explosivos. Refrigeración de los alternadores mediante H2. Tratamiento de aguas residuales Generación de lodos secos explosivos y gases de digestión. Suministro de gas Fugas o escapes de gas natural. Trabajo de la madera Generación de polvos de madera en filtros y silos. Tareas de pintura y esmaltado Formación de neblinas explosivas al utilizar pistolas de pulverización. Pigmentos pulverulentos. Vapores de disolventes. Cabinas de pintura. Instalaciones agropecuarias Generación de biogás, especialmente en caso de fugas o escapes. Lavanderías y tintorerías Uso y almacenamiento de productos químicos inflamables. Industria alimentaria Polvos combustibles de harina, almidón, azúcar, cacao, leche, huevo en polvo, especias, etc. Depósito de grasas y aceites. Fabricación de pan y productos de panadería. Fábricas de harina. Industria farmacéutica Empleo de alcoholes, disolventes y sustancias sólidas activas y auxiliares explosivas (lactosa, vitaminas, paracetamol, etc.). Refinerías Procesado de hidrocarburos explosivos por sí mismos incluso a temperatura ambiente. Industria textil Plantas de fabricación de fibras, algodón o lino. Talleres de confección. Sacos o contenedores de algodón o fibras. Industrias agrarias Fabricación de piensos compuestos. Elaboración de correctores vitamínico-minerales. Silos para almacenamiento de cereales. Secaderos de cereales y deshidratadores de alfalfa.

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