Seguritecnia 466

30 SEGURITECNIA Julio-Agosto 2019 Protección contra incendios L a forma en la que arden los bosques está evolucionando. El cambio climático, la sequía in- tensa, el abandono rural y el propio de- sarrollo de los incendios obligan a rea- lizar modificaciones en las políticas y estrategias de defensa contra los incen- dios forestales que incluyen a las pobla- ciones cercanas a los propios bosques. Este análisis nos lleva a los primeros meses del año, en pleno invierno, en los que se produjeron centenares de incen- dios forestales en el norte de la Península (Asturias, Euskadi y Cantabria), los cua- les han destruido miles de hectáreas de masa boscosa y han puesto en alerta du- rante días tanto a los servicios de extin- ción como a la población. Si en invierno tuvimos este panorama, ahora con el verano estamos muy pre- ocupados por el desarrollo, virulencia y rapidez con los que se están produ- ciendo gravísimos incendios. Un ejemplo lo tenemos en el que se ha desatado en Tarragona, en Torre de l’Espanyol y Ribera d’Ebre, con 6.000 hectáreas quemadas en menos de dos días, vecinos evacuados o confinados en sus casas, carreteras cor- tadas y los servicios de emergencias tra- bajando con la máxima intensidad. Igual- mente, el de Castilla-La Mancha (Toledo y Almorox), propagado a la Comunidad de Madrid (Cadalso de los Vidrios, Cenicien- tos…), ha presentado situaciones de gran virulencia y riesgo para los ciudadanos en las que se han vivido escenas muy pre- ocupantes con urbanizaciones, pueblos y campings evacuados, 500 efectivos tra- bajando sobre el terreno (bomberos, Uni- dad Militar de Emergencias, Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales, etc.) y más de 4.000 hectáreas arrasadas por el fuego. El incendio de Cadalso es el más importante ocurrido en la Comunidad de Madrid desde el declarado en Robledo de Chavela y Valdemaqueda en agosto de 2012, con 2.000 hectáreas quemadas. Propagación En estos primeros y graves incendios de verano detectamos una inusual rapidez en la propagación. En Tarragona, en solo seis horas el incendio había arrasado cerca de 2.000 hectáreas, y el potencial detectado preveía hasta las 20.000. Es- tos incendios extremos entran dentro de lo que se denomina sexta generación, y son parte del cambio climático, diag- nosticados a raíz del estudio de los gran- des incendios de 2017 (Portugal y Chile). Son incendios que liberan grandes can- tidades de energía, por lo que gene- ran nubes convectivas a capas altas de la atmósfera (los pyrocumulonimbus) que, a través de procesos de downdraft o colapso de la columna convectiva, van a alimentar su crecimiento errático y sorpresivo. Este fenómeno hace que el frente llegue a consumir más de 4.000 hectáreas a la hora. Por ejemplo, en Chile lo hicieron a 8.000 hectáreas a la hora y en Portugal llegaron a consumir 10.000 hectáreas a la hora. Ante este tipo de incendios la reac- ción debe ser rápida y unánime. Por lo tanto, se ha de seguir el planteamiento de los numerosos expertos que están al- zando la voz para reclamar a las autori- dades nuevas políticas en la gestión de los montes (prevención) y en la protec- ción civil, haciendo un seguimiento so- bre la implementación de los planes de autoprotección y una gran campaña de concienciación a la sociedad sobre esta necesidad de autoprotección, como por ejemplo la limpieza de las áreas de inter- faz urbano-forestal, la instalación de hi- drantes que aporten un buen caudal de agua en caso de necesidad, ignifugar áreas perimetrales y las propias vivien- das y, por supuesto, extremar las precau- ciones en situaciones de riesgo, como quema de rastrojos, barbacoas, etc. Otro aspecto que necesita una rápida revisión es la legislación sobre medidas de protección y extinción en la inter- faz-urbano forestal. Desde Tecnifuego llevamos años planteando la necesi- dad de reglamentos de protección con- tra incendios forestales en la interfaz y en urbanizaciones cercanas a bosques, tanto en la protección activa (hidrantes, BIE, extintores, detección…) como en la protección pasiva de los edificios: re- acción de los materiales (que no ardan o tarden en arder) y su resistencia para que no colapsen y pueda haber eva- cuación, zonas confinadas y protegidas durante las horas que puedan tardar los equipos de rescate, etc. Las empresas especialistas en la mate- ria contribuyen con sus investigaciones y desarrollos a que el personal de extin- ción y los ciudadanos dispongan de las medidas adecuadas para la protección de sus urbanizaciones, viviendas y la ex- tinción de los incendios forestales. Medios y equipos Algunas de las medidas y equipos que se pueden utilizar en este sentido son: Redes de hidrantes : La mayor necesi- dad de los servicios de extinción en un incendio forestal es la disponibilidad de agua en la zona del incendio para que puedan recargar sus equipos. Por ello, se recomienda la instalación de redes de hi- drantes en las urbanizaciones y zonas habitadas colindantes con masas fores- tales para que, en caso de incendio, los bomberos y los equipos de intervención Ramón María Bosch Coordinador del Comité Defensa contra Incendios Forestales de Tecnifuego Incendios forestales de sexta generación: un nuevo tipo de incendio que ha llegado para quedarse

RkJQdWJsaXNoZXIy MzA3NDY=