Seguritecnia 467

20 SEGURITECNIA Septiembre 2019 Smart Security L a videovigilancia puede ser utilizada de diversos modos. El más inmediato es la obser- vación en vivo, la monitorización en tiempo real. Sin embargo, tal vez el más usado hoy día sea el modo forense; es decir, se graban las imágenes capta- das por las cámaras y, en caso de inci- dente, se revisan para comprobar el al- cance del incidente, bien para proceder a su investigación y persecución de ata- cantes, así como para corregir procedi- mientos en situaciones futuras, o bien para ambas cosas. A sendos modos de utilización se está incorporando la tecnología del vi- deoanálisis. Se trata de añadir un ca- rácter proactivo donde las cámaras no solo ofrecen imágenes, sino que tam- bién las procesan e interpretan para ge- nerar alertas o alarmas que desencade- nen la respuesta a los incidentes. Ahí encontramos toda clase de aplicacio- nes de proceso de la imagen, común- mente llamadas algoritmos o analíticas, y que de modo más o menos eficiente convierten a cada cámara en una suerte de vigilante virtual siempre atento y ac- tivo. De esta manera es capaz de infor- mar al equipo de seguridad o a los ser- vicios externos contratados para que adopten las medidas de respuesta pre- viamente establecidas de acuerdo con las situaciones que se plantean. Este ni- vel, sin duda más eficiente y que reduce costes operativos, es la tendencia que se acoge con mayor interés por parte de los usuarios. Sin embargo, analizando ese supuesto reemplazo del vigilante por la videovigi- lancia proactiva podemos ya apuntar al- gunas importantes diferencias. Uno de los aspectos relevantes de las medidas de seguridad es, sin duda, la capacidad disuasoria. Ahora que ha- blamos con profusión de implantar sis- temas “inteligentes” y que la inteligen- cia se aplica a casi cualquier dispositivo, funcionalidad, procedimiento, sistema o planteamiento (gracias al cielo por ha- cernos inteligentes), entre los aspectos más inteligentes en la protección está sin duda la disuasión. En este sentido, no hay duda de que un vigilante de se- guridad produce mayor disuasión que cualquier sistema de videovigilancia, por visible y eficiente que sea. Es cierto que por desgracia es cada vez menos factible esa opción debido a los costes y condiciones que implicaría la multipli- cidad de vigilantes en la proporción e intensidad en las que hoy utilizamos las cámaras de vigilancia. Elementos de disuasión Pero, ¿qué convierte al vigilante en un elemento más disuasorio que el sis- tema de vídeo? Son muchos los factores, siendo el primero y principal, sin duda, su inteligencia, no virtual, no artificial, pu- ramente humana, basada en la forma- ción y la experiencia y capaz de analizar situaciones complejas y de responder adecuadamente a cada una de ellas. La tecnología y la inteligencia artificial están intentando reducir esa diferencia de ca- pacidades entre una y otra opción. No obstante, hay algunos otros facto- res. La cámara de videovigilancia, aun- que cada vez más avanzada y capaz, basa la interpretación de las situaciones en la información que captura (como lo hace la persona). Pero la cámara solo captura imágenes, y el vigilante añade a esa información la que aporta el so- nido. El vigilante ve y escucha. No creo que nadie contrate un vigilante sordo en casi ninguna circunstancia. Sin em- bargo, la mayoría de nuestras cámaras carecen de capacidad para recibir soni- dos, y por tanto de procesarlos y de rea- lizar la interpretación de la situación de modo más completo. Y no es que téc- nicamente no puedan hacerlo, espe- cialmente hoy día, cuando casi todas las cámaras son digitales, cámaras IP, con Alberto Alonso / Business Development Manager de Axis Communications ‘Parla’! Hagamos nuestro sistema de vigilancia más inteligente

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