Seguritecnia 470

54 SEGURITECNIA Diciembre 2019 Seguridad en eventos L os últimos años han visto pro- liferar en nuestras ciudades, or- ganizaciones e instituciones la celebración de diversos tipos de simula- cros, fruto de una creciente percepción de amenaza derivada en buena medida del nuevo modelo de terrorismo del que los países occidentales, incluyendo Es- paña, ha sido testigo. Un denominador común a estos ataques es que todos han tenido lugar en lo que se denominan “objetivos blandos”, aquellos lugares ca- racterizados por un elevado número de víctimas potenciales con una limitada percepción de la amenaza y bajas medi- das de seguridad, en muchos casos de- bido a la actividad o actividades que se desarrollan en esa ubicación 1 . Del mismo modo, en todo este tipo de objetivos o ubicaciones encontra- mos algunos elementos comunes más. En caso de producirse un incidente de seguridad de las características de un incidente con múltiples víctimas in- tencionado –como es un incidente ar- mado, independientemente del modus operandi –, la cadena asistencial activada necesariamente va a comportar un am- plio despliegue de medios y de agen- cias implicadas en la respuesta. A mayor complejidad del incidente en términos de víctimas, daños, destrucción, etcé- tera, mayor complejidad se requerirá en la respuesta 2 . Coordinación y casuística El análisis de la casuística representada por incidentes armados como el de Charles Whitman, en los años sesenta, el tremendamente mediático Colum- bine, en los noventa, el Century Thea- tre en Aurora, en 2012, e incluso los ataques –de diversa naturaleza– de la Sala Bataclan o de Las Vegas, remarca el problema que representa la conver- gencia de fuerzas, su coordinación o el problemático establecimiento de un puesto de mando y control avanzado en tiempo real. Ron Borsch define el “cronómetro de la muerte” como el tiempo transcu- rrido entre víctima y víctima durante un mismo incidente activo: las estadís- ticas muestran que no se mata más, pero sí se mata más rápido. Si extrapo- lamos esta variable a un entorno donde ya se presupone una alta concentra- ción de víctimas potenciales, como son los casos del Century Theatre, la Sala Ba- taclan o el festival Route 91 de Las Ve- gas, las cifras prospectivas de víctimas se elevan todavía más, bien por el espa- cio confinado o bien por la ventaja tác- tica que supone disparar desde una po- sición elevada. Por ello, y de forma to- davía más relevante durante eventos de masas como los mencionados, el inter- valo de tiempo desde la notificación a los primeros intervinientes hasta su des- pliegue para neutralizar la amenaza re- sulta vital para detener el incremento del número de víctimas 3 . Del mismo modo, la coordinación en- tre intervinientes policiales y sanitarios resulta clave a la hora de minimizar el número final de víctimas mortales. Co- lumbine puso de manifiesto que la in- tervención policial clásica de aislar la amenaza y no permitir el acceso a los servicios de emergencia hasta que ésta fuese neutralizada podía redundar en la muerte por falta de asistencia de algu- nas víctimas con determinadas lesiones como hemorragias masivas exangui- nantes. Por ejemplo, el tiroteo del Cen- tury Theatre dejó al descubierto proble- mas a priori nimios como el control del tráfico, porque los servicios de emer- gencia no podían acceder a las víctimas Simulacros de incidente armado y eventos multitudinarios: coordinar y generar lecciones aprendidas David Crevillén C. CEO de Grupo DC Solutions Beatriz Gutiérrez L. Phd, APP, Departamento de Investigación de Grupo DC Solutions

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