Ramon Maria Bosch_Coordinador del Comité de Fabricantes de Equipos para Incendios Forestales de Tecnifuego
Ramón María Bosch Coordinador del Comité de Fabricantes de Equipos para Incendios Forestales Tecnifuego

¿Estamos preparados para hacer frente a los incendios forestales?

avioneta, agua, fuego, incendios forestales

La forma en que arden los bosques está variando. El cambio climático, los fenómenos meteorológicos adversos −como ha sido en este 2021 la borrasca Filomena− o el abandono rural contribuyen al aumento de los grandes incendios forestales (aquellos de más de 500 hectáreas). En 2020, por ejemplo, hubo 19 de estas características en España.

La emergencia climática conlleva fuegos de mucha más intensidad. Estos megaincendios tienen una dinámica de propagación propia y generan pyrocumulus (nubes de fuego) que los retroalimentan, lanzando columnas de convección a la troposfera y desplomándose al enfriarse en las capas altas. Esto provoca un efecto multiplicador en la expansión del incendio y cientos de nuevos focos secundarios.

Este fue el proceso que tuvo lugar en Portugal en 2018, el pasado año en el Amazonas y los graves sucesos que hemos visto en Bolivia, California o Australia.

Políticas de gestión de incendios forestales

Ante este panorama, se debe profundizar en nuevas políticas de gestión de incendios forestales, con un claro refuerzo en las medidas de prevención, protección y concienciación.

En este sentido, creemos que se han de reforzar los siguientes aspectos:

  • Contratación de personal suficiente para la recogida y limpieza de montes, fundamental en las zonas afectadas por la borrasca Filomena, ya que en ellas existe riesgo de plagas y tienen mucha madera acumulada. Todo esto aumenta el riesgo de incendio e impide el acceso de los vehículos de emergencia.
  • Implementación de los planes de autoprotección en pequeños municipios y urbanizaciones lindantes al bosque.
  • Campañas de concienciación a la sociedad sobre la necesidad de autoprotección.
  • Reforzar la legislación sobre medidas de protección y extinción en la interfaz urbano-forestal. Y, en este sentido, realizar análisis también en las interfases de usos industriales, agrícolas, etc.
  • Cumplir la normativa de protección civil en cuanto a planes de emergencia.
  • Potenciar el sector forestal con una política que incentive el aseguramiento de los montes y su aprovechamiento directo e indirecto.

Interfaz urbano-forestal

Según hemos comentado, existe una normativa de protección civil que obliga a implementar los planes de autoprotección y emergencias en todos los municipios. E igualmente, las urbanizaciones que se encuentran en zonas de peligro de incendio están obligadas a elaborar sus planes de autoprotección.

Algunas medidas de prevención y protección que aconsejamos acometer son:

  • Realizar un cortafuegos perimetral exterior a la urbanización y/o municipio de al menos 25 metros de anchura, libre de residuos de matorral y de vegetación herbácea y ramas.
  • Limpieza de vegetación seca en los caminos, tanto los internos como los de acceso, así como en las cunetas.
  • Señalizar las vías de escape y puntos de reunión donde dirigirse en caso de incendio, además de adecuar zonas confinadas y protegidas durante las horas que puedan tardar los equipos de rescate.
  • Instalar las medidas básicas de protección activa contra incendios dentro de la urbanización, como hidrantes para toma de agua por los bomberos; y en zonas comunes, disponer de extintores y bocas de incendios equipadas.

hidrante en urbanización, incendios forestales

En el caso del interior de las parcelas con viviendas, se deben acondicionar para que sean seguras. En ellas se tienen que instalar bocas de incendio equipadas, extintores, sistemas de detección, mantas ignífugas, rociadores automáticos…

En la construcción y rehabilitación de las viviendas se han de tener en cuenta la protección pasiva, tanto la reacción de los materiales (que no ardan o tarden en arder) como su resistencia al fuego para que no colapsen y pueda realizarse la evacuación.

Igualmente, es importante y necesario un jardín adaptado a la prevención de incendios forestales. Deben elegirse plantas y especies resistentes al fuego con especies pirófitas, que pueden retrasar las llamas. Todos los tipos de aloes, algunas palmeras y plantas crasas, araucarias, los alcornoques y algunas especies del género Pinus presentan este tipo de resistencia pasiva.

Si conseguimos estas implementaciones de medidas de protección, estaremos mejor preparados ante un verano que se prevé de extremo riesgo de incendio

Por nuestra parte, desde Tecnifuego, las empresas especialistas en protección contra incendios aportamos cada año nuevas investigaciones y desarrollos técnicos tanto para el personal de extinción como para los ciudadanos. Todo ello, con el objetivo de que la sociedad disponga de estas medidas de protección y extinción de incendios tanto en los montes como en las urbanizaciones y viviendas.