Seguritecnia 340
Artículo Técnico 89 SEGURITECNIA Abril 2008 Mito 10. El nivel de prestación depende del número de grados de libertad VERDADERO FALSO El número de grados de libertad de un rasgo biométrico –es decir, los parámetros independientes de medición de éste- se considera, con frecuencia, una forma de evaluar el nivel de prestación: cuanto más elevado sea el número de grados de libertad, mejor será el proceso biométrico. Pero el hecho es que el número de grados de libertad es un me- dio completamente inadecuado para comparar datos bio- métricos. Para aclarar este extremo, pongamos un ejem- plo práctico. La altura del ser humano es una característica biomé- trica con grado de libertad 1. Vamos a suponer que la al- tura es constante y que se puede medir, mediante la apli- cación de los métodos físicos más modernos, con un error menor que 1 nanómetro. En este caso, esta senci- lla característica biométrica dejaría en un segundo plano el reconocimiento facial, que opera con bastantes más grados de libertad y que, evidentemente, tiene una ma- yor tasa de errores de reconocimiento (1 nanómetro es nada más y nada menos que 1/1000.000.000, mientras que los FAR y FRR característicos en biometría se mue- ven en órdenes de magnitud más modestos: 1/10.000, 1/100). Ahora bien, el hecho de que este caso no se va a dar nunca en la práctica tiene poco que ver con la falta de grados de libertad, sino más bien con el hecho de que el ser humano puede modificar la altura según su libre albedrío, de que la altura se reduce en varios milímetros a lo largo del día, y de que es absolutamente imposible definir una norma de medida (¿cuánto hay que inclinar la cabeza?, ¿se incluye el pelo?) que pueda cumplir con los requisitos de precisión de medida. Por todo ello, ahora debería quedar claro que un rasgo con menos grados de libertad, manteniendo la estabilidad y capacidad de medición, puede ser mucho mejor que un rasgo con muchos grados de libertad pero poca exactitud. En definitiva, lo que realmente resulta decisivo son las ta- sas de falsa aceptación y de falso rechazo, que son las úni- cas que permiten una comparación del nivel de prestación, siempre y cuando se midan según ISO/IEC. Después de responder a este test, confío que la valora- ción que ustedes hayan hecho sobre su propio nivel de es- cepticismo sea, cuanto menos, positiva. Pero no pien- sen que los diez mitos mencionados son las únicas ideas falsas que andan circulando por ahí sobre la biometría y su posible aplicación para el control de acceso. Espero que la lectura de las líneas que preceden, les preparen aún más para evaluar esas otras leyendas relacionadas con esta tecnología, incluso las que vayan surgiendo en el futuro. pejo de todas las funciones corporales y que, por tanto, en él se refleja cualquier enfermedad del cuerpo. Siento de- cepcionar a esas personas pero no existe ninguna base científica para esta creencia. Sí que es cierto que determi- nadas enfermedades oculares dificultan de manera no- table el reconocimiento del iris y la retina, pues modifi- can aquellos rasgos que normalmente no son modifica- bles o dificultan la recogida de datos; y no es menos cierto que algunas enfermedades –como, por ejemplo, la hi- pertensión- se manifiestan en los ojos, debido a sus efec- tos secundarios; pero, en cualquier caso, sólo estaríamos en condiciones de manifestar que podría “existir un pro- blema”, que podría haber un indicio; no de diagnosticar o detectar una enfermedad. En concreto, la retina únicamente puede facilitar datos limitados sobre enfermedades, y sus patrones biométri- cos nunca recogen información sobre la salud. El motivo es que para comparar características en el reconocimiento de la retina sólo se consideran los puntos de ramificación no modificables, pero no otros aspectos como el fondo del ojo, su grosor o las características de los vasos sanguíneos. Por su parte, en el caso de los métodos de reconoci- miento del iris, cabe decir que incluso la información de enfermedades graves podría llegar a ser un obstáculo para una adecuada identificación, pues ésta se basa en datos lo más estables posible. De hecho, la información que uti- lizan estos métodos es en blanco y negro; el color de los ojos no se valora, ya que en algunas personas enfermas pueden cambiar. Mito 9. La aceptación de los sistemas biométricos por parte de los usuarios depende del rasgo a identificar VERDADERO FALSO A la hora de elegir entre un sistema biométrico u otro, cada vez es más frecuente que los responsables de esa de- cisión consideren, como criterio de valoración, la más o menos aceptación que de los mismos puedan tener los fu- turos usuarios. Así pues, por ejemplo, el método basado en la identificación de huellas dactilares, por ser asociado al que utiliza la policía para la identificación de delincuentes, podría tener una baja aceptación por parte de cualquier usuario (y, lógicamente, ninguna entre los delincuentes). Pero, en realidad, estas consideraciones no son más que meras especulaciones. En la práctica, la buena o mala aco- gida por parte de los usuarios depende de las ventajas que la aplicación ofrezca, y es entonces cuando factores tales como la ergonomía del uso y la fiabilidad del sistema jue- gan un papel mucho más importante que el tipo de rasgo biométrico a identificar. Es más, un usuario puede cam- biar en un tiempo mínimo su opinión a priori cuando el sistema de reconocimiento cumple con esas condiciones.
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