Seguritecnia 341
II Jornadas de Seguridad en Entidades Financieras 109 SEGURITECNIA Mayo 2008 plan de emergencias local. Igualmente, es posible infor- mar al servicio de seguridad de las oficinas colindan- tes o a las patrullas de vigilancia local para que se per- sonen en el siniestro y permitir el acceso a los servicios de extinción. De esta forma, se reducen los tiempos de actuación y se limita al máximo el alcance de los posi- bles daños. Las conexiones automáticas deberían ser, preferible- mente, autovigiladas y exclusivas del sistema de detec- ción de incendios. Cualquier avería en la conexión de- berá ser conocida tanto por la CRA como por el equipo instalado en el local protegido. Otras ventajas de las conexiones automáticas Aprovechando las tecnologías de comunicación, pode- mos sacar mucho partido a la conexión. Al responsable de seguridad de la entidad, le ofrece la garantía de que, en todo momento, los sistemas de de- tección están conectados y funcionando, con un segui- miento real de los mantenimientos realizados. Imposibilita ocultar o enmascarar percances y su co- nocimiento es real, por lo que se pueden evitar nuevos casos similares. Nos abre la posibilidad de intervención remota y per- mite al responsable de mantenimiento realizar el diag- nóstico completo del mismo y preparar la asistencia con antelación. El programa de conexión remota informa de la carga de baterías, tensiones en cada línea y estado de todas las partes de la central de incendios en tiempo real. Permite pedir informes, haciendo patente el control y la supervisión. Nos puede evitar desplazamientos costosos e innece- sarios. Conclusión Podemos proteger las sucursales bancarias con los sis- temas de detección adecuados pero de poco servirá si cuando el local está desocupado se produce un incen- dio y no se avisa inmediatamente a los servicios de extin- ción. Cualquier retraso en el tiempo de intervención des- encadena el siniestro y por ende el cese temporal o total de la actividad con los costes que conlleve. Probablemente, también se verán afectados los edificios colindantes donde sí puede existir riesgo para la personas. Podemos minimizar lo anterior aplicando simplemente los medios que la tecnología pone a nuestro alcance, sen- cillos y económicos: unos detectores y una central con- vencional con un módem comunicador conectado a una línea de teléfono fijo o móvil o a un punto de la red de da- tos. Desde la central, se transmitirá la incidencia a un cen- tro remoto atendido permanentemente donde siempre ha- brá alguien que sepa lo que hacer. Las nuevas generaciones de sistemas de detección y con- trol de incendios utilizan protocolos de comunicación (pa- quetes de datos estructurados) que permiten transmitir remotamente cualquier estado del sistema, tipo de equipo (detector o pulsador) y punto en alarma. Los transmisores pueden tener canales de transmisión redundantes y de disponibilidad automática, enviando da- tos encriptados y autentificados, arbitrando las distintas prioridades. En la CRA, se recibe la alarma de incendio con identifi- cación geográfica exacta de la sucursal, la zona del edificio afectada, detector o pulsador o cualquier tipo de avería, incluso el fallo de comunicaciones. Se puede incluso aso- ciar a un software gráfico donde se pueden visualizar los planos del edificio y las áreas en alarma. Además, la infor- mación se puede centralizar en una sola CRA o en varias. La ventaja de identificar exactamente el alcance y estado del sistema es que es posible descartar completamente la falsa alarma, permitir la actuación inmediata y activar el
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