Seguritecnia 342

48 SEGURITECNIA Junio 2008 CCTV y Control de Accesos tes adaptados a la necesidad actual, con la garantía y confianza (protección de la inversión) de poder añadir elementos (cámaras, discos duros y puestos de control) progresivamente según surjan las necesidades o cam- bien los supuestos iniciales de seguridad. Del mismo modo, si miramos a la aplicación de ges- tión, ésta debe ser adecuada al número de cámaras y a su utilización. No tiene sentido tener un sistema con planos de situación y visualización multipantalla para un sis- tema con cuatro cámaras, pero si va aumentando hasta llegar a 50 cámaras podría ser muy útil disponer de esas funciones. Del mismo modo, no debería ser igual la apli- cación del centro de seguridad que la del monitor de re- cepción que sólo precisa visualizar algunas cámaras. En la mayoría de los DVR, el software de gestión es único y propietario (del fabricante del DVR), ofreciendo las mismas prestaciones para sistemas pequeños y gran- des y para necesidades más avanzadas o menos exigen- tes. Cuando se utiliza vídeo en red, las aplicaciones van desde el mero uso de un navegador hasta complejas y completas soluciones de seguridad y control, disponi- bles en el mercado, no sólo por parte del fabricante de las cámaras, sino por terceras compañías especializa- das, lo que enriquece la oferta y la hace más amplia y completa. Aplicaciones sencillas y sofisticadas pueden convivir en un mismo sistema para adecuarse a cada uno de los perfiles de usuario que existan. Esta misma f lexibilidad se manifiesta en el modo de conectar las cámaras y distintos elementos del sistema. En la mayoría de DVRs sólo podemos conectar cáma- ras usando cables coaxiales, de modo que éstas se en- contrarán siempre a la distancia máxima de ese ca- bleado, o bien utilizar fibra y convertidores de medios. Eso excluye el uso de cámaras conectadas usando wi- reless , lo que facilita ubicar cámaras en lugares lejanos, habla, como complemento a la vigilancia, control de accesos, detección de situaciones anómalas, esclareci- miento de incidencias, interacción en sistemas de in- trusión, capacidad disuasoria, etc, son tantas, que de- bería ser un requisito indispensable en un sistema de videovigilancia.  Seguridad : Si hablamos de seguridad, debemos ser cuidadosos en lo que respecta a la seguridad en nuestra red. Tanto si conectamos un DVR a una línea ADSL como si lo conectamos directamente a una red de da- tos, éste debería cumplir con los requisitos de seguri- dad que marque la política del departamento de siste- mas. Para ello, deberá tener instalados los correspon- diente programas antivirus, los firewall (cortafuegos) y permitir las actualizaciones y gestión externa de los mismos. En muchos casos, y dada la naturaleza propie- taria de los DVR, esto es simplemente imposible, o en el mejor caso, tendremos que conformarnos con usar las medidas de prevención que el fabricante de DVR ha equipado, sin poder aplicar aquellas que son comu- nes al resto de la organización. En los sistemas con cá- maras IP, dado que se basan en equipamiento estándar, podemos sin más aplicar todas las políticas de seguri- dad que el departamento de informática haya determi- nado como indispensables. Por otro lado, deberíamos ver si estos dispositivos que se conectarán a la red (los DVR y las cámaras IP) soportan los diversos protoco- los de seguridad que se utilizan en los sistemas de in- formación, previniendo así usos indebidos e intrusio- nes en la red de datos (HTTPS, 802.1x, etc.)  Escalabilidad y f lexibilidad: Los DVR se constru- yen básicamente con placas capturadotas de vídeo que contienen cuatro entradas de vídeo. Por tanto es muy habitual encontrar equipos con cuatro, ocho, 16 e in- cluso 32 entradas de vídeo. Sin embargo, si dispone- mos de un DVR con cuatro entradas de video, será muy difícil o imposible conectar una sola cámara más. Esto produce que muchos sistemas estén sobredimen- sionados con DVRs de mayor capacidad a la necesa- ria en previsión de futuras ampliaciones (con el consi- guiente coste extra) o bien que existan sistemas donde harían falta más cámaras pero el DVR está ya al límite de su capacidad (síndrome de la cámara 17). Por no ha- blar de los costes, muy habituales, de tener que reem- plazar el DVR al poco tiempo de haberlo instalado por- que han surgido nuevas necesidades no previstas origi- nalmente y que obligan a incorporar más cámaras. Los sistemas construidos con cámaras IP, escalan desde la primera cámara en incrementos de una cámara, sin lí- mites, lo que hace que en cada caso se asuman los cos-

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