Seguritecnia 347

Artículo Técnico 69 SEGURITECNIA Diciembre 2008 ros son conocidos como señales binaurales porque ha- cen uso del hecho que tenemos dos oídos, separados por el ancho de nuestra cabeza. Un sonido que emana de uno u otro lado de la línea media llegará primero al oído más cercano y se escuchara más alto en el oído más cercano. ✓ A bajas frecuencias el cerebro reconoce diferencias en el tiempo de llegada del sonido entre los oídos (diferencia de tiempo interaural, ITD ). ✓ A frecuencias más altas la señal saliente es la dife- rencia de volumen/intensidad entre el sonido a cada oído (diferencia de intensidad interaural, IID ) (Fi- gura 1). Para frecuencias únicas estas señales son, sin em- bargo, espacialmente ambiguas. La ambigüedad inhe- rente se ha descrito como el “cono de la confusión” . Esto se origina en el hecho que para cualquier frecuen- cia dada existen numerosas posiciones espaciales que generan diferencias idénticas de tiempo/intensidad. Esto puede representarse gráficamente en la forma de un cono, el ápice que está al nivel del oído externo. El cono de la confusión es la razón principal por la que no somos capaces de localizar sonidos puros. La pieza final de información para la localización de sonidos procesada por el cerebro es la función las señales, preguntando a otros la dirección y explo- rando su entorno, usted será capaz de moverse por él ef icientemente. Ninguno de nosotros, sin embargo, está totalmente familiarizado con todos los entornos. Muchos estudios de comportamientos han mostrado repetidamente que uno de los instintos más natura- les en caso de incendio es que las personas evacuan un edificio por la misma ruta por la que entraron. Esta es raramente la vía más rápida o la más apropiada. Mu- cha gente no logra encontrar las salidas más cercanas y en algunos casos camina derecho pasando por las sa- lidas de incendio visibles. Las repercusiones de tales efectos son severas. Suponiendo que la visión es nues- tro modo primario de percibir nuestro entorno (el 83% de lo que se aprende es a través de los ojos), no resulta sorprendente esa gran cantidad de ayudas de salida de emergencia, tales como la iluminación de emergencia, señalización, coloreado de paredes y codificación de puertas y bandas guía foto luminescentes, que son úni- camente visuales. Irrelevancia aprendida Desafortunadamente, los sistemas tradicionales de aviso no siempre parecen ayudar a encontrar el ca- mino correcto durante la emergencia. Este comporta- miento ha sido explicado con un concepto psicológico conocido como “irrelevancia aprendida” que sucede cuando se está continuamente expuesto a estímulos como mensajes de voz, letreros, indicadores de rutas de evacuación. Este concepto se demostró mediante un ensayo realizado por la Universidad del Ulster en Jor- danstown, al norte de Irlanda. Se reunió a 500 perso- nas, escogidas aleatoriamente, dentro de un gran cen- tro comercial y en un momento de gran densidad de ocupación. El centro disponía de 14 salidas de evacua- ción, señalizadas de acuerdo con la normativa vigente. Sin embargo, el 75,2 % de las personas no fueron capa- ces de identificar ninguna de las salidas. Está claro que la confianza sobre los medios visua- les como único elemento no es adecuado en un plan de evacuación moderno. Por ello, es imperativo el uso de otro método sensorial, por lo que el uso del sonido se convierte en la solución obvia. En la universidad de Leeds, mediante ensayos de campo extensivos han de- mostrado la eficacia del sonido direccional en una eva- cuación, tanto en personas de visibilidad normal como de reducida o nula. Cómo funciona Existen tres tipos principales de información que per- miten al cerebro localizar un sonido. Los dos prime- Figura 1: Las señales de localización del tiempo interaural y diferen- cias de intensidad

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