Seguritecnia 356
86 SEGURITECNIA Septiembre 2009 Finalmente, se muestra una instala- ción de 1992 (foto 4). Obsérvese que pese al tiempo transcurrido, se encuen- tra prácticamente nueva. No se apre- cian signos de corrosión o depósitos, ni fangos. Esta instalación se había car- gado con agua tratada (desminerali- zada y clorada) y no se había renovado el agua en la tubería. En definitiva, en consonancia con el informe danés, hemos detectado que en cuanto a la corrosión de la tubería, no es tan importante la antigüedad de la instalación como la calidad del agua cargada. Aunque la probabilidad de encon- trar un problema de este tipo es baja, es conveniente realizar endoscopias en instalaciones antiguas en general, y también en instalaciones más recien- tes cuando la calidad del agua cargada sea mala. El procedimiento de endoscopias aplicado al control y análisis de insta- laciones antiguas garantiza el conoci- miento del estado interior de la tube- ría y el asesoramiento veraz al usua- rio sobre la necesidad de sustituir toda o parte de la instalación existente para asegurar la eficacia de la instalación. bacterias se minimiza con una adecuada cloración del agua cargada. Esta instalación (foto 3), de princi- pios de los 80, presenta pese a tener la misma antigüedad un estado mucho mejor. Únicamente se aprecian peque- ños depósitos procedentes de la de- cantación de sales minerales. No se ob- servó la presencia de óxido ni de fan- gos, al haberse cargado la instalación con agua clorada y no haberse reno- vado durante la vida de la instalación. Por consiguiente, se observa una mayor presencia de depósitos salinos cuando el agua cargada es de mala calidad, mientras que la aparición de óxido es inherente a la propia oxida- ción de la tubería en contacto con el agua, acentuada por el oxígeno ga- seoso disuelto en el agua cargada. Por consiguiente, no es recomenda- ble proceder a la limpieza regular de la tubería, ya que al cargarse con agua “nueva”, se renueva el oxígeno y las sa- les disueltas, que se añadirán a los de- pósitos ya existentes. Esta otra muestra que se presenta (foto 2) pertenece a una instalación datada en 1980. Obsérvese que en este caso no se aprecia una corrosión evidente, sino una masa negruzca que presenta reflejos sobre la luz del led de la cámara, como si presentase un aspecto gelatinoso. Se trata en este caso de depósitos de tipo orgánico (fangos y lodos). Estos fangos son caldo de cultivo para el crecimiento de ferrobacterias. El espesor de estos fangos no deja de cre- cer a lo largo de la vida de la instalación, ya que los deshechos producidos por las primeras bacterias colonizadoras consti- tuyen el alimento para otro tipo de bac- terias. Este problema causa una dismi- nución importante del diámetro real in- terno de la tubería. La aparición de estas Foto 3 Foto 4
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