Seguritecnia 361

62 SEGURITECNIA Febrero 2010 N o repetiré lo habitual en es- tas ocasiones sobre estos retos (formación, titulación, funcio- nes, etc.) dado que en este momento creo preciso hablar de dos retos importantes: a) Contribución a la contención de gastos No hemos de sucumbir ante nuestros departamentos financieros que, viéndo- nos como un gasto, alejado del negocio, intentan rebajar nuestros presupuestos a la mínima expresión, ante lo que: ▪ Si no colaboramos aparentamos poca profesionalidad en colaborar a sopor- tar esta crisis, cosa que, si todo depar- tamento hiciese igual, pudiera provo- car su cierre –y sin empresa, no hay di- rector de Seguridad. ▪ Si aceptamos todo recorte, sin más, los números quizás ayuden a capear las malas previsiones del 2010, pero asu- miendo riesgos que pudieran ocasio- nar su cierre ante algunas incidencias graves, que repercutan en su cuenta de resultados e imagen corporativa, hecho que, finalmente, va a repercutir en sus resultados. Dilema de difícil solución, ante el cual el director de Seguridad ha de eviden- ciar la importancia del equilibrio entre ambos conceptos. b) La reforma normativa en curso Ante los cambios de las órdenes minis- teriales que regulan la Seguridad Privada hay que agradecer a la Administración su puesta en marcha. El desafío para el director de Seguri- dad es cómo afronta el actual periodo de información pública: ▪ Si aceptamos, tal cual, las propuestas haremos un flaco favor a nuestras em- presas, especialmente las obligadas a disponer de determinadas medidas, y en particular dentro de ellas a las en- tidades financieras, les supondrá una altísima inversión la adaptación retro- activa que se les exige. En un momento de crisis económica grave parece fuera de lugar imponer un gravamen tan importante para adaptar los sistemas de seguridad cuando los índices de robo/atraco (únicos delitos regulados en la normativa a modificar) de las entidades obligadas se han re- ducido en los últimos años y están por debajo de otros sectores no obligados a disponer de medida alguna. También hay que remarcar que para las “entidades obligadas” el atraco y robo no son los delitos quemayormente las afectan. Se pudo entender en su momento, por la grave alarma social creada por los robos y atracos a entidades financieras, pero en estos momentos, como diría un carismático político: ¡No toca! El reto será superar este momento en que tendrá el “corazón partido” entre que intereses defender: ▪ Los de su entidad, si entiende que la propuesta es especialmente gravosa y poco ajustada al riesgo real de atraco/ robo. ▪ Los de su colectivo profesional, enten- diendo que cuanto mayores sean las exigencias y requerimientos legales, mayor relevancia va a tener su papel dentro de su empresa. Seguro que esta dicotomía se decan- tará, mayoritariamente, en evidenciar: ▪ Nuestra alta profesionalidad, que nos ha de llevar a ser lo mas objetivos po- sibles y a no sucumbir a la tentación de lograr competencias sin más, para ganar peso en nuestra función. ▪ Nuestra capacidad para evidenciar a la Administración la importancia de adaptar la normativa al momento ac- tual, pero ajustada a los riesgos reales existentes y en línea con las tenden- cias implantadas para la “seguridad” de otros sectores, con mayor inciden- cia e igual gravedad: seguridad labo- ral, seguridad informática o seguridad contra el fraude. En ellas no se regula con la minuciosidad con que se trata el atraco/robo en entidades obligadas (y dentro de ellas las financieras en parti- cular). Se centran en estándares de or- ganización y sistemas de gestión que, al final, garantizarán un nivel de segu- ridad adecuado, incluso mayor que el que se pretende al fijar, por ejemplo, el nivel de resistencia para una caja fuerte de una oficina bancaria, sin atender si la misma custodiará 1.000 euros o un millón, ni si es una localidad o ubica- ción de altísimo riesgo o es la oficina más segura de España, como es el caso de la que se encuentra dentro del Par- lamento de España… Todos sabemos que cuanto mayor es un reto, mayor la satisfacción al lo- grarlo. Por ello, aunque el momento no es fácil para el director de Seguridad, co- rriendo el riesgo de descontentar tanto a nuestras empresas como a la admi- nistración, hemos de demostrar a unos y otros nuestra profesionalidad, obje- tividad y lo razonable y equilibrado de nuestras propuestas. S Nuevos desafíos para el director de Seguridad Eduard Zamora Peral Presidente de ADSI (Asociación de Directivos de Seguridad Integral)

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