Seguritecnia 365
66 Entrevista SEGURITECNIA Junio 2010 dos, usted es licenciado en Filología Románica y catedrático de Lengua y Literatura, nada más y nada menos. ¿Cómo le ha llevado la vida al cargo que está desempeñando hoy? Sí, estudié Filología Románica, aunque siempre pensé ser médico de cabecera o profesor -esas dos profesiones las ha- bía vivido en mi casa: mi abuelo fue médico de cabecera rural y mi padre, maestro-, pero por el servicio a los ciu- dadanos, la vocación, el servicio a tra- vés de un trabajo. Entonces pensé en estudiar Medicina, pero no se me da- ban muy bien las matemáticas, la física, las ciencias... Algunas veces sueño que no he aprobado las matemáticas, pero me despierto y digo: “¡Que no, que eres profesor de Lengua, inspector de Edu- cación y hasta delegado del Gobierno!”. Y me llevo una alegría. Me decidí por las letras y, cuando ter- miné, hice las oposiciones y me vine a León, como profesor de instituto. Pero pronto me presenté a director, me eli- gieron y estuve casi ocho años en ese puesto, donde ya era poco profesor y me encargaba más de gestionar. Luego fui inspector jefe de Educa- ción, después director general de Edu- cación, que simultaneaba con el Ayun- tamiento. El Ayuntamiento, como decía Pablo Iglesias, es como un “pequeño Es- tado”, en el que tienes de todo: econo- mía, policía local, bomberos... Por tanto, mi paso a ser delegado del Gobierno siendo licenciado en Filolo- gía Románica se produjo por todas es- tas cuestiones que se fueron dando. Lo cual le lleva a uno a la conclusión de que para operar del corazón tienes que ser cirujano, pero para dirigir un hospi- tal, a lo mejor no. Dijo un estratega: “Cuanto más po- der delego, más poder tengo”. Es decir, que tienes que tener equipos y dele- gar, pero también hay que dirigir esos equipos, porque hay personas que cuando trabajan en equipo piensan que todo es un permanente debate, y no es así. Debatimos, analizamos, pero alguien tiene que dar la orden para que se ejecute, se evalúe y se sancione si fuera necesario. S cho tiempo a los valores en formación constitucional, en nuevas tecnologías, nuevos métodos, nuevas delincuen- cias..., para tener preparados a los pro- fesionales y que tengas la cabeza ven- tilada y lista para aprender permanen- temente, porque su vida profesional va a ser larga. Ahora mismo acabamos de acordar la ampliación de la jubilación de los guardias civiles hasta los 60 años. Desde los 18 o 20 que pueden entrar, hasta los 60, todo evoluciona muchí- simo: los derechos y deberes de los ciu- dadanos, la delincuencia con la que te- nemos que competir... Hay que ir detrás de los delincuentes, pero siempre es mejor ir por delante, porque es disuasorio, es prevención. Me contaron hace mucho cómo fun- cionaba una banda de delincuentes: se levantaban todos los días a la una o dos del mediodía, comían, iban a jugar la partida; a las cuatro, aproximadamente, planeaban qué iban a hacer esa noche; asaltaban lo que fuese y, después, se iban a festejarlo al club donde nos con- taron este sistema. Yo le digo a mis cola- boradores: hay que tener discurso, mé- todo y orden. Los delincuentes tenían discurso, que era el de la delincuencia y vivir bien a costa de la misma, pero luego, tenían método y orden. Los medios de comunicación son muy importantes para transmitir, para disuadir. También hay que tener en cuenta que las comunicaciones cam- bian, y eso hay que preverlo. En ocasio- nes, es necesario intensificar la comu- nicación. Porque, por ejemplo, un de- lincuente que está en Madrid puede venir a Valladolid y volver de nuevo a la Puerta del Sol. Estas cosas están ocu- rriendo ya con medios de transporte rá- pidos, de ir y venir. Por ello, además de decirlo, hay que aplicar prevención de forma aparatosa, que a veces produce que los ciudada- nos se sientan incómodos -porque les registren o les abran la maleta-, pero se hace todo por su propia seguridad. -Quería terminar con una curiosidad, algo más distendida y, quizás, perso- nal. Si no estamos mal documenta- nuestro entorno más cosas a cuidar, y no podemos pensar que detrás de cada uno de nosotros va a ir un policía para cuidarnos. La sociedad del consumo in- fluye también. En este sentido, la for- mación de las personas es un elemento fundamental para contribuir a la segu- ridad, y la complicidad entre los ciuda- danos es absolutamente necesaria. Por tanto, para lograr la Seguridad global, hay dos elementos que son muy impor- tantes: los ciudadanos y la educación. -Si no estamos mal documenta- dos, también se ha encargado de di- rigir hace tiempo el Área de Educa- ción dentro de la Dirección Provincial de León. ¿De qué manera piensa que esa educación afecta a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, más cuando es- tamos en pleno cambio europeo, con el proceso de Bolonia? Es absolutamente fundamental la for- mación. Antes, la formación de los Cuer- pos y Fuerzas de Seguridad, también de nuestras Fuerzas Armadas, era más un concepto predemocrático, eran más fuerzas de orden público, y de mante- ner el statu quo que había. Hoy no. Pri- mero, deben tener una formación, te- niendo en cuenta que ejercen su tra- bajo en un país constitucional. Y, por otra parte, eso significa que los ciuda- danos tienen deberes, pero también tienen derechos. En una etapa pre- constitucional, los ciudadanos no éra- mos ciudadanos, sino súbditos, y tenía- mos deberes pero no teníamos prácti- camente derechos. Esto ha cambiado completamente. En una democracia, el ejercicio y el equilibrio entre derechos y deberes, entre libertad y justicia, es ab- solutamente fundamental. En segundo lugar, obvia y evidente- mente, los delincuentes no son estúpi- dos. Hay una delincuencia organizada que, digamos, ‘estudia’, planifica y utiliza los medios que nosotros usamos. Por tanto, la formación cualificada, la forma- ción tecnológica, cada vez es más im- portante. Habrá que dedicar un tiempo simbólico a la formación de nuestros guardias y policías para que aprendan a desfilar bien, y habrá que dedicar mu-
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