Seguritecnia 366

Carta de José Ramón Borredá “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) JOSÉ RAMÓN BORREDÁ 9 SEGURITECNIA Julio - Agosto 2010 L o del club era un pensamiento que rondaba por mi cabeza desde hacía casi dos años, coincidiendo en el tiempo con otro: el de mi jubilación; y, a medida que pasaban los meses, el que se hicieran realidad ambos me hacía verdadera ilusión. La jubilación (voluntaria) llegó, como tenía previsto, el 4 de noviembre de 2009, y se hizo efectiva, con el relevo y el traspaso de las más altas responsabilidades a Javier y a Ana , el 7 de enero de 2010, y, como es sabido, funciona de maravilla. Ahora, aunque sigo y seguiré estando en SEGURITECNIA con mis escritos, etc. y para lo que ellos crean menester, liberado del día a día, la agenda me la hago yo y tengo más tiempo para mí, para mi familia, para mis amigos y para mis cosas… Cosas que (DM), sin prisa pero sin pausa, me he propuesto ir haciendo realidad. Entre ellas, la de mi vieja idea de agrupar y reunir, periódicamente, a cierto número de personas que, habiéndolo sido todo en Seguridad, aunque la mayoría ya no están al pie del cañón, son prestigiosa referencia por su brillante trayectoria en la Seguridad, privada y pública, merced a su gran calidad humana y a su exitosa y ejemplar carrera profesional. Para ello, nada mejor que inventar una especie de club de veteranos, algo que promueva la confraternización y propicie la camaradería, sin más “obligación” que la de reunirnos periódicamente un grupo de ‘Amigos de la Seguridad’ para el buen yantar (a escote) y, practicando los placeres de la buena sobremesa, hablar, cómo no, de la Seguridad y de sus circunstancias… Y si es con un invitado de honor que nos obsequie con una charla magistral, tanto mejor. Y lo comenté con Javier Iglesias Asuar (RAUSA), y la idea le encantó. Y se lo dijimos a Luis G. Hidalgo (FES), a Raúl Beltrán (G) y a Vicente de la Cruz (ASES), entre otros, y les gustó, y se sumaron de inmediato para fundar con nosotros el “Club de los Viejos Elefan- tes” , Amigos de la Seguridad, sin otra pretensión que pasarlo bien y, de paso, “velar” por las buenas prácticas en el sector de la Seguridad Privada en España. Lo de “viejos elefantes” se me ocurrió porque, como los viejos paquidermos, los vetera- nos de la Seguridad tenemos buena memoria y de mayores gustamos de ir por libre; por- que llevamos muchos años haciendo camino, desbrozando trochas y veredas; porque de tanto practicar ‘la tienta y la capea’, nos es más fácil distinguir el trigo de la paja en esto de la Seguridad; porque quien más quien menos ya ha hecho su particular cura de humil- dad; porque los pertenecientes al “Club” pasamos de estatutos y de jerarquías; porque for- mamos un grupo de ‘Amigos de la Seguridad’ que no pretende poder en la sombra ni nada que se le parezca; porque, sin entrar nunca en las cacharrerías de la Seguridad, pública y privada, nos proponemos ser una especie de lobby lúdico-festivo amante de la ortodoxia y de las buenas prácticas; porque, de vez en cuando, nos inventaremos algo (viaje, crucero o lo que sea), para que ellas, nuestras mujeres, nos acompañen, también disfruten y se conozcan entre sí; porque no queremos que se pierda el contacto ni la amistad entre nosotros en el ocaso de nues- tra vida profesional, y, sobre todo, porque queremos pasárnoslo bien… Será en septiembre, a finales, cuando tengamos la primera reunión; después vendrá alguna más y, si Dios quiere y el tiempo no lo impide, una vez al mes, o cada 45 días, los miembros del “Club de los Viejos Elefantes” , Amigos de la Seguridad, (nunca más de dos docenas) nos juntaremos en el restaurante -nuestra sede social- para compartir el pan y la sal en torno a una buena mesa para el mejor yantar, hablar de Seguridad y, si procede, de todo lo demás… Así de sencillo. ¡Felices vacaciones! “Nos proponemos ser una especie de ‘lobby’ lúdico- festivo amante de la ortodoxia y de las buenas prácticas” “El club de los viejos elefantes”

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