Seguritecnia 367
SEGURITECNIA Septiembre 2010 39 Seguridad en espacios abiertos en el entorno y dentro de éstas, por lo que lo más importante a la hora de to- mar una decisión no es sólo la imagen que podamos tener. Tal como se planteó en el III Congreso Internacional de Ciudades, Urbanismo y Seguridad 3 , los índices de criminalidad en el entorno de urbanizaciones están siendo cada vez más elevados, creán- dose una sensación de inseguridad tal, que las personas que viven en estos nú- cleos se llegan a sentir víctimas sin haber tenido jamás ningún tipo de altercado. Perfil psicosocial de las víctimas Dado el carácter comunitario de la zona que nos ocupa, cabe decir que no hay un perfil de víctima en relación con los actos delictivos llevados a cabo en la ur- banización, sino que más bien el perfil está en torno a las características de las viviendas y la situación de éstas. En lo que respecta al exterior, nos cen- tramos más en personas de edad me- dia en torno a los 45 años, a las que se les aborda a la salida de los restaurantes de la zona, tanto en pareja como cuando van solas, en la mayoría de los casos mu- jeres, preferentemente en el momento de acceder a su vehículo. Dentro de las viviendas, la mayor pre- dilección delincuencial se da en las que están ubicadas cerca de vías de escape rápido y zonas comunes boscosas mal iluminadas y de fácil acceso por la zona del perímetro. En lo que respecta a las viviendas ais- ladas, cabe decir que en este caso prác- ticamente el total de las viviendas están aisladas unas de otras debido a su gran superficie; por ello, este hecho que pu- diera ser trascendente en otro lado aquí no lo es, aunque sí es importante, forma muy acentuada, el que tengan medidas de seguridad o no. Por otro lado, es muy significativo el hecho de que las zonas más acosadas sean prácticamente las mismas, dándose la circunstancia de haberse repetido ro- bos en las mismas viviendas en varias ocasiones. No podemos olvidar que la seguri- dad no está sólo en lo que el entorno nos ofrece, sino también en la eficacia de quienes se ocupan de dar esa seguridad contando con los medios a su alcance y realizando su labor con la máxima dili- gencia y efectividad. Un marcado sentimiento de inseguri- dad dentro de la urbanización podría su- poner un estado de tensión generalizado, el cual provocaría, sin lugar a dudas, tras- tornos psicológicos graves en algunos vecinos y la marcha de otros, además de una bajada muy considerable del pres- tigio de la urbanización hacia el exterior con la consecuente caída de los precios en las viviendas y del status adquirido. En función de lo anteriormente ex- puesto y cara a la mejora de la seguridad en la urbanización, se iniciaron estudios por parte del Departamento de Segu- ridad de la entidad, en los que se anali- zaron uno por uno todos los elementos que pudieran ser susceptibles de la si- tuación de inseguridad que en ese mo- mento se vivía en la zona, por lo que se llevó a cabo una labor exhaustiva de la situación, tanto del entorno como de la propia estructura interna de la entidad. Tomando como base los datos obte- nidos por la investigación llevada a cabo por el Departamento de Seguridad de la entidad, se pretende reflejar una aproxi- mación a la realidad sobre la percepción de seguridad/inseguridad que tienen los vecinos y visitantes de la urbanización La Moraleja, además de hacer una valo- ración, a posteriori , de los resultados ob- tenidos tras la puesta en marcha de las medidas propuestas para su mejora. Marco teórico Desde el punto de vista teórico, hay va- rios factores que explican las conductas delictivas habidas en este entorno, con- centrándose en tres puntos básicos: pre- sencia de ofensores motivados, objeti- vos adecuados y ausencia de protección efectiva . Los propietarios de viviendas en urba- nizaciones y las personas que acuden a zonas de ocio especificas dentro de és- tas, son objetivos adecuados debido, en el caso de los propietarios, a la si- tuación de su vivienda, de carácter uni- familiar, independientes, aisladas unas de otras, en algunos casos por grandes parcelas que los separan más todavía del entorno que les rodea. En lo que respecta a las zonas de ocio (bares, res- taurantes, etc.) el objetivo son los obje- tos que portan (dinero, joyas…). Respecto a lo anteriormente expuesto y según la criminóloga Rosa del Olmo 4 , habría que matizar que: aunque los da- tos estadísticos nos muestran unas in- cidencias menores, sí es cierto que por el hecho de vivir en lugares cerrados sin apenas contacto, dentro de la zona, con otras personas que no sean de su ám- bito familiar, implica una sensación ma- yor de peligro y, por tanto, mayor posi- bilidad de convertirse en víctima. Como nos dice Felipe Javier Her- nando 5 , la geografía cuenta con una elevada potencialidad explicativa a la hora de relacionar la dimensión espacial de los comportamientos delictivos con otros caracteres de base urbana morfo-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz