Seguritecnia 367

96 SEGURITECNIA Septiembre 2010 Protección contra incendios lo que ya ocurría en muchas ocasio- nes en la actualidad sin que se produ- jeran grandes escándalos. Era una me- dida, al menos por mi parte, esperada por la lógica del mercado y que pro- bablemente ha entrado tarde y algo a destiempo por la complicada situación económica actual, pero necesaria al fin y al cabo. Reconocimiento de la cualificación La controvertida “Ley Ómnibus” tiene, sin embargo, varias connotaciones to- talmente diferentes y de valoración completamente opuesta. La primera de ellas hace referencia a la no necesi- dad del visado en la mayoría de certi- ficados y actuaciones que hasta ahora lo requerían. No entiendo realmente el objetivo de esta propuesta, que menoscabará, sin duda, la profesiona- lidad y calidad del servicio ofrecido, las garantías finales que los usuarios de las instalaciones puedan recibir y, lo peor de todo, la imagen de serie- dad que puedan ofrecer las empresas de nuestro sector. Bien es cierto que las inspecciones finales o en fases in- termedias adquirirán mayor impor- tancia y relevancia, pero, en la misma medida, la perderá el prestigio de las empresas instaladoras, que pueden llegar a ser simples ejecutores de un proyecto, sin aportar know-how ni va- lor añadido alguno. Un segundo aspecto afecta a la ca- lificación de las empresas mediante una simple Declaración Responsable. Creo firmemente en la liberalización de los mercados, pero no en el “todo vale”, que es a lo que nos está lle- vando la adopción de estas medidas. La profesionalización y la especializa- ción pasan por un control adminis- trativo previo que garantice la ido- neidad de las empresas y el cumpli- miento exhaustivo de las normativas vigentes a priori , observando, como medida adicional y también necesa- ria, la inspección intermedia y final por entidades externas. La conviven- cia entre ambas actuaciones otorgará una mayor fiabilidad y calidad a las instalaciones realizadas, sin que sean excluyentes entre sí. No obstante, hay que destacar el as- pecto positivo que supondría la ge- neralización de la calificación de em- presa para todo el territorio nacional, y no únicamente para la comunidad autónoma respectiva. Aunque sobre el papel, y siguiendo las indicaciones del Reglamento 1942/93, las homolo- gaciones y registros tienen carácter estatal, en la práctica no es así. Toda- vía existen comunidades que no facili- tan en absoluto la convalidación o va- lidación de dichos documentos, con lo que ejercen un proteccionismo ca- duco e innecesario, aparte de ‘alegal’. Esperemos que el próximo paso sea la extensión de las cualificaciones profe- sionales al resto de Europa. S T odas las empresas del sector estamos asistiendo con un tanto de estupor, y no me- nos de desconocimiento, a la entrada en vigor de nuevas legislaciones que afectarán profundamente a nuestro gremio. Me refiero, en concreto, a la fa- mosa modificación de la Ley de Segu- ridad Privada obligada por la Directiva de Servicios Europea y a la no menos mencionada “Ley Ómnibus”. La primera de ellas obligará a las em- presas instaladoras contra incendios a disponer de la homologación de em- presa de seguridad para poder conec- tar los sistemas a Centrales Recepto- ras, con toda la carga administrativa y financiera que supone la obtención de dicha certificación. Creo, sincera- mente, que es una medida sensata que pretende evitar el intrusismo no profesional y fomentar la calidad de las instalaciones. Favorecerá, sin duda, a las empresas medianas y grandes que ofrezcan un servicio integral al cliente, pero no creo en absoluto que impida a otras empresas ejercer su ac- tividad. Eso sí, será necesaria la cola- boración con compañías de seguri- dad que ofrezcan este tipo de servicios de conexión y recepción de alarmas, Creo firmemente en la liberalización de los mercados, pero no en el “todo vale”, que es a lo que nos está llevando la adopción de las medidas de la “Ley Ómnibus” Emilio Mariscal / Gerente Operativo del Grupo CSC “Ómnibus” y Ley de Servicios