Seguritecnia 370
SEGURITECNIA Diciembre 2010 115 Artículo Técnico ▪ Documentación . Véase que la norma permite que ésta se propor- cione como un “conjunto de papeles” u “otros medios”. Esto significa que puede tener un formato electrónico (CD, DVD, etc.), siempre y cuando el cliente no lo exija de otro modo. ▪ Aislamiento : estado por tiempo inde- finido de una parte del sistema (zona, partición, teclado, etc.) incapaz de no- tificar una condición de alarma. Se re- gresará al estado normal de forma deliberada. A este estado se le co- nocía con anterioridad como “inhibi- ción”. ▪ Interconexión cableada no especí- fica es aquélla que se comparte con otras aplicaciones. Por ejemplo, una red de área local (LAN) puede sopor- tar funciones del I&HAS, de CCTV y de aplicaciones informáticas de la propia gestión de la empresa en la que se ha implantado el sistema. ▪ Interconexión cableada específica es aquélla que no se comparte con otras aplicaciones, estando exclusi- vamente dedicada al sistema. Como ejemplos, se puede mencionar el bus multiplexado de ampliación cableada del sistema o un enlace vía radio en- tre un detector y el receptor al que se le ha asignado (“interconexión inalám- brica” en este caso, según la norma). ▪ Autoridad de respuesta : fuerza de intervención con autoridad para in- tervenir en el lugar supervisado tras una alarma. Grados y clasificación ambiental CLC/TS 50131-7 repite después los con- ceptos ya vistos sobre los grados de los I&HAS y su clasificación ambiental de acuerdo con EN50131. Generalidades La norma expone a continuación una serie de criterios de carácter general que deben ser observados a lo largo de la implantación del sistema. ▪ Recomienda que se sigan las directri- ces del fabricante en cuanto a instala- ción y manejo. ▪ Como ya vimos, comenta la posibi- lidad de combinar y/o integrar otras funciones en el sistema (domótica, ahorro energético, etc.), siempre que éstas no resulten perjudiciales para su funcionamiento. ▪ Menciona la posible aplicación de otros requisitos –por ejemplo, de se- guridad eléctrica– que pueden exi- girse en los diferentes países. ▪ Insiste en la importancia de emplear las medidas necesarias para evitar las falsas alarmas. Recordemos que es uno de los principales objetivos de todo esto. ▪ Contempla las responsabilidades de- rivadas de cada etapa de la implanta- ción del sistema (diseño, instalación, etc.) y la necesaria coordinación en- tre ellas. ▪ Habla de la cualificación apropiada que debe exigirse a cada uno de los profesionales relacionados con el sis- tema (evaluación del riesgo, diseño, instalación, mantenimiento, etc.). ▪ Recomienda la confidencialidad so- bre los diferentes aspectos del sis- tema. ▪ Insiste en la consulta al cliente so- bre el diseño del sistema. Incluso, ha- bla de la posible necesidad de que intervenga un exper to. Obviando los patrones habituales, una verda- dera instalación de seguridad debe- ría responder con exactitud a las ne- cesidades del cliente y ser singular. Esto es complicado desde el punto de vista comercial, pero es una clara vía para diferenciarse y proporcio- nar calidad, aunque, como en todo, a quien esté dispuesto a pagarlo. Y siempre hay quien lo está. ▪ Por último, cita la adecuada compa- tibilidad que debe existir entre los componentes del sistema. En esto no suele haber problemas. El diseño del sistema El objetivo de esta fase es, como en otras áreas, determinar el alcance del I&HAS para dimensionarlo adecuada- mente y definir los elementos a emplear (CIE, ACE, detectores, elementos de acti- vación manual, WD, ATE, etc.), su nú- mero y su situación. En esta fase es de gran ayuda levantar los correspondien- tes planos, que inicialmente son propor- cionados por la propiedad y en los que se representarán los distintos dispositi- vos utilizados. En este punto es impor- tante subrayar la necesidad de desarro- llar en el futuro una norma que permita estandarizar esta representación, hoy exclusiva de cada empresa instaladora. Emplazamiento y riesgo La norma se refiere aquí y en los anexos A, B y E de la misma a la necesaria eva- luación del riesgo considerando el con- tenido, las características del inmueble y/o del entorno, con el fin de determi- nar el grado de seguridad y la clase am- biental apropiados. Como todo este análisis podría resul- tar confuso, la nueva Orden Ministerial simplifica este aspecto, y este hecho re- sulta de gran ayuda para evitar malen- tendidos: grado 3 para todos aquellos sistemas obligados por ley (banca, jo- yerías, etc.), y grado 2 para el resto de sistemas en actividades no obligadas pero cuyos sistemas son atendidos por una CRA. El grado 1 se asigna a sistemas sin co- municación a CRA, que a menudo tie- nen una utilidad dudosa. No olvidemos que una alarma recibida en el teléfono móvil del propietario de una vivienda o negocio puede, igual que otra conec- tada a una CRA, suponer una severa sanción si se avisa a las FCSE y resulta ser falsa. Falta saber si quien instale sis- La implantación de sistemas con grados 2 y 3, que deben estar conectados a una CRA, ha de regirse durante todas las fases de su desarrollo por esta norma
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