Seguritecnia 370
116 SEGURITECNIA Diciembre 2010 Artículo Técnico la utilidad del sistema es nula o, al menos, discutible. Niveles mínimos de supervisión requeridos El diseño del sistema estará condicio- nado por los aspectos vistos en los dos apartados anteriores y en la tabla que figura en el anexo E. Esta tabla repre- senta los posibles métodos y puntos de acceso y establece, para los diferen- tes grados, el tipo de detección que de- bería aplicarse en cada caso. De este modo, y para un inmueble o una pro- piedad situada en él, tenemos para los grados 2 y 3: ▪ Puertas periféricas: supervisión de apertura (G2 y G3) y de penetración (G3). ▪ Ventanas: supervisión de apertura (G2 y G3) y de penetración (G3). ▪ Otros accesos: supervisión de aper- tura (G2 y G3) y de penetración (G3). ▪ Sala (recinto en el que encuentra un bien de interés para los intrusos): de- tección de movimiento (G2 y G3). ▪ Bien específico (caja fuerte, obra de arte, etc.): consideración especial (sísmico, detector de presión, etc.) para G3. Para el grado 4, se exige la detección a través de otros puntos de acceso (pa- redes, suelos, techos y tejados), los cua- les son ya contemplados en determina- das instalaciones (cámaras acorazadas, cajas de alquiler, etc.). Esto corrobora que la inexistencia de productos de grado 4 no supone ningún problema características del entorno en el que se encuentran los bienes (puede haber otras a considerar además de las que cita la norma en determinados casos). Se considerarán, entre otros, los si- guientes aspectos: ▪ Situación del entorno a vigilar (área urbana, barrio, parcela rústica, etc.) y nivel de riesgo de la zona (historial de robos, etc.). ▪ Elementos constructivos (vallado, mu- ros, cubierta, etc.). ▪ Inmediaciones del entorno (locales o viviendas adyacentes, elementos fí- sicos de separación de los mismos, etc.). ▪ Posibles puntos de acceso (puertas, ventanas, conductos de ventilación, etc.). ▪ Horarios y grados de ocupación por las personas habituales. ▪ Medidas físicas establecidas y com- portamiento y calidad del sistema im- plantado (tiempo de respuesta a una alarma, etc.). Aquí es interesante re- cordar la ecuación que determina la validez de un sistema: Td > Tr + Ti ; donde “Td” es el tiempo necesa- rio para perpetrar el delito, “Tr” es el tiempo que tarda el sistema en reac- cionar (desde la activación del primer detector hasta que la alarma es veri- ficada por parte de la CRA) y “Ti” es el tiempo de intervención (desde el aviso de la CRA a las FCSE hasta que éstas se presentan en el lugar de los hechos). Si esta ecuación no se ha cumplido al producirse un incidente, temas de este tipo advertirá a sus clien- tes de este detalle. En el otro extremo, el grado 4 no cuenta por el momento con una gama de productos que permita satisfacerlo y, como ya comenté al principio de esta serie de artículos, no será fácil que los fabricantes se decidan a desarro- llar productos en esta línea, ya que los costes de diseño habrán de repercu- tirse en un número de sistemas muy li- mitado, lo que supondrá un elevado precio de los mismos. Estas instalacio- nes de muy alto riesgo (entornos mili- tares, depósitos de armas y explosivos, centrales nucleares, etc.) tendrán que llevarse a cabo con productos certifi- cados con grado 3, pero, por ejemplo, podría requerirse un despliegue más amplio de detectores y vías de comu- nicación y, ateniéndose a los produc- tos de grado 3 empleados, exigirles lo máximo posible en cuanto a medidas de supervisión. Contenido Es evidente que el contenido de un recinto, sea cual sea su naturaleza (vi- vienda, empresa, almacén al aire libre o, incluso, bienes en espacios públi- cos, como ocurre recientemente con los tendidos de cobre), es lo que des- pierta el interés de los delincuentes, y su valor, accesibilidad, etc. inciden en el nivel de riesgo. En este apartado y en el anexo A de la norma se citan los aspec- tos que intervienen en este sentido. Por ejemplo, es importante tener en cuenta aspectos como: ▪ La facilidad para deshacerse de los bienes sustraídos. ▪ El valor sentimental. ▪ La facilidad para extraerlos y/o trans- portarlos (la aparatosidad que rodea al robo de un cajero automático o al alunizaje contra una joyería). ▪ Riesgo para la sociedad o el medio am- biente (robo de productos químicos, material radiactivo, explosivos, etc.). ▪ Etc. Edificio o entorno Este apartado, junto al anexo B, contem- pla, con carácter general, algunas de las
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