Seguritecnia 372
SEGURITECNIA Febrero 2011 87 Artículo Técnico Reino Unido, Polonia, etc., además de otras trabas que se salen de la simple argucia legal para entrar en otro campo de dudosa clasificación y de más difícil explicación. Decididos a ensayar final- mente en el país de destino, nos hemos encontrado con irregularidades en los ensayos, demoras en la entrega y erro- res en la documentación por parte del laboratorio u otros organismos implica- dos, trámites burocráticos enrevesados, plazos interminables... En ocasiones, el tiempo transcurrido llega a superar el plazo de validez del ensayo realizado. La gravedad de la situación descrita aún aumenta cuando percibimos que estas dificultades no las sufren los pro- ductos de otros países para ser comer- cializados en España; al menos, no en la misma medida. Otros fabricantes eu- ropeos obtienen con más facilidad los reconocimientos de equivalencia espa- ñoles o, incluso, sus ensayos extranjeros son aceptados aquí sin necesidad de di- cho trámite. Lamentablemente, como tantas veces, lo que viene de fuera se considera mejor que lo nacional. Y, al menos en el caso de las puertas corta- fuegos, no es así. Marcado CE en puertas Para las puertas cortafuegos, está por llegar el tercer periodo, que comenzará con la entrada en vigor del marcado CE. Para otros productos de pro- tección contra incen- dios ya ha comenzado. En teoría, el marcado CE elimina las tres ba- rreras mencionadas. En el caso de las puertas cortafuegos, el sistema de certificación que se prevé será el Sistema 1+ , según el cual un “or- ganismo notificado”, re- conocido en toda la UE, certificará la conformi- dad del producto a tra- vés de la comprobación de los ensayos realiza- dos, las auditorías inicial y periódicas del sistema de producción y el en- sayo de muestras tomadas en el mer- cado. Una vez obtenido el marcado CE en cualquier país de la UE, no se po- drá poner en duda su validez en ningún otro Estado miembro si no es mediante denuncia formal. Así pues, desaparece- rán las diferentes interpretaciones sobre las normas, el no reconocimiento de los laboratorios extranjeros y las auditorías adicionales. Entonces, ¿ya no habrá más barreras de entrada? Lamentablemente, no será así. Seguirá habiendo legislación nacional en ma- teria de medioambiente y otras nor- mas nacionales que, aunque no serán de obligado cumplimiento, el mer- cado interior las hará casi obligatorias. Algunas de estas situaciones podrán ser denunciables ante la justicia ordi- naria, pero que una empresa extran- jera denuncie los usos del mercado de un país no parece la mejor forma de abrirse mercado. Y aun si se superan los problemas anteriores, levantadas las barreras mencionadas, aparece un muro difícil de superar, curiosamente construido por las propias normas europeas. Se trata del muro de la excesiva segmen- tación de productos que ha creado la gran cantidad de niveles de clasifica- ción y el enorme detalle con el que se ha desmenuzado el campo de apli- cación de los ensayos. Clasificación E, EI1, EI2, EW, nueve periodos de tiempo, entre 15 y 240 min, seis niveles de durabilidad, entre C0 y C5, etc. Todo combinado da 180 niveles de clasificación, que hay que multiplicar por la cantidad de muestras que es necesario ensayar para certificar una gama. Solo para certificar una gama de puertas de un único nivel de clasifica- ción (por ejemplo, puertas abatibles EI2- 60 C5) con un campo de aplicación apto para dimensiones desde 1,00m x 1,00m hasta 2,50m x 2,50m, en una y dos ho- jas, con montante y sin montante, para instalación a muro rígido o flexible, con premarco, sin él o atornillado a muro, con elemento vidriado o sin él, podrían hacer falta 114 ensayos. A los que habrá que sumar los ensayos necesarios para, cumpliendo con las normas de “ Exten- ded Application ”, validar cualquier pe- queña modificación que se pueda hacer con respecto al producto ensayado. Mul- tipliquémoslos por los 180 niveles de cla- sificación y... Está claro que el mercado se concen- trará en unos pocos niveles de clasifi- cación, pero éstos serán diferentes en cada país, con lo que vender en otro Es- tado obligará a desarrollar un nuevo producto o, al menos, a obtener su cer- tificación para el nivel requerido allí. Eso sí, se podrá hacer desde España. S
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