Seguritecnia 373
SEGURIDAD EN MONTAÑA SEGURITECNIA Marzo 2011 41 tiende por accidente ‘de’ montaña. La creación de un Observatorio de Acci- dentes de Montaña y Nieve , similar a lo que ya existe en otros países próxi- mos a nuestro entorno, se considera como algo urgente y necesario. ▪ Según el avance de resultados de la Encuesta sobre los Hábitos Deportivos en España en 2010, presentado en no- viembre de este año, el 43 por ciento de los españoles comprendidos entre los 15 y 75 años hacen deporte. Esto quiere decir seis puntos porcentuales más que en 2000 y en 2005, consta- tándose que la práctica deportiva en espacios naturales ha experimentado un significativo auge. La exposición al medio natural ha aumento por tanto, y todo indica que esta tendencia va a continuar; por eso, es preciso generali- zar una cultura de la montaña desde la infancia. ▪ Se considera imprescindible propo- ner un Plan Nacional de Prevención de Accidentes de Montaña en el que participen todas las administraciones públicas con competencias en forma- ción (laboral, educación y deportiva). ▪ A nivel nacional, deben fomentarse los convenios de colaboración para conseguir modelos de rescates efica- ces y eficientes. El principio constitu- cional de igualdad nos demanda que cada comunidad autónoma apoye y ponga a disposición de los usuarios los mejores recursos, medios materia- les y personales de los que disponga. ▪ Igualmente, se debe hacer un es- fuerzo para homogeneizar las exi- gencias legales sobre seguridad en las empresas y servicios de las dife- rentes comunidades autónomas. En particular, las actividades que se rea- lizan con menores deben ser objeto de especial dedicación, por lo que han de inspeccionarse y ser priorita- riamente apoyadas por la administra- ción competente. No cabe duda alguna de que esto ayudaría a disminuir la accidentalidad y, por consiguiente, los costes direc- tos e indirectos derivados de los acci- dentes. S fesionales, a través de instituciones oficiales o mediante empresas espe- cializadas en las actividades en el me- dio natural, tanto si son dirigidas a me- nores como a los adultos. De esta ma- nera podríamos dar acertada respuesta a las tres principales demandas existen- tes, a saber: ▪ La seguridad de los participantes . ▪ La protección jurídica a los provee- dores de servicios . ▪ La asistencia en la contratación de se- guros con coberturas adecuadas. Por todo ello, conscientes de que es- tamos ante un problema que no afecta a una única comunidad autónoma, sirva como dato que en el caso de Aragón aproximadamente el 85 por ciento de los rescatados son de otras regiones, y de que la mejor herramienta de la que disponemos se llama Prevención, creo que ha llegado el momento de dar una solución al problema. Y con este espí- ritu surgen las propuestas que en el I Congreso de Seguridad en Montaña se han elaborado: ▪ La gestión de la seguridad en Aragón en los años venideros debe realizarse bajo un enfoque sistémico. Es nece- saria una coordinación de todos los sectores implicados y deben decidirse desde la Administración unas líneas estratégicas para mejorar la seguridad; todo ello bajo la supervisión del orga- nismo público que se considere. ▪ La profesionalización de todas las personas que trabajan en obtención de datos, información al público, plani- ficación, prevención, protección y res- cate constituye una innegable garan- tía de mejora de la gestión de la segu- ridad de las actividades en montaña. ▪ Aragón no puede abordar este pro- blema en solitario. La mayor parte de los accidentados en nuestras monta- ñas proviene de fuera de esta comu- nidad. La prevención debe ser en ori- gen, y por ello es necesaria una labor unificada a escala nacional. ▪ Se están obteniendo estadísticas y da- tos cuantitativos en diferentes sectores, pero se necesita “dar significado” a esos datos y consensuar, incluso, qué se en- Como recoge el estudio “Actividades de aventura. Acuerdos para la conce- sión de licencias y acreditación en Gran Bretaña, Irlanda y otras jurisdicciones” (Annett, 2005), en resumen, los sistemas empleados son los siguientes: ▪ La acreditación de que los proveedo- res de servicios cuentan con la aptitud necesaria para gestionar el riesgo y su- pervisar la seguridad de las activida- des que ofrecen es la base del criterio adoptado por ley en Gran Bretaña e Ir- landa y, de manera voluntaria, en Vic- toria (Australia). ▪ La acreditación de los guías por ac- tividades es la base legal del criterio adoptado en Francia y del enfoque voluntario implantado en Nueva Ze- landa. Tanto en unos como en otros, las em- presas son sometidas a auditorías es- pecíficas, donde inspectores especiali- zados en este campo, además de tener como misión principal la supervisión global de la empresa, apoyan y sugie- ren posibles mejoras a los responsables de las mismas al objeto de conseguir los mejores estándares de calidad: com- prueban los programas, reconocen los sitios in situ antes de las actividades, or- ganizan las mismas, imparten cursos de formación, mantienen al día los regis- tros de accidentes, evalúan riesgos... Conclusión Desde una perspectiva holística e inte- gradora, es evidente que una práctica segura se basa principalmente en sis- temas de calidad y en la competencia de los líderes. Creo que es necesario responder lo antes posible a la necesidad, que existe y se detecta, de poder ofrecer a todos aquéllos que prestan sus servicios en el medio natural herramientas verda- deramente útiles y efectivas que evi- ten riesgos en su gestión. Lo que pro- pongo, en línea con lo ya desarrollado en otros países, es un profundo cam- bio estructural que implica la implanta- ción de sistemas de control y calidad, así como la formación específica en la gestión de riesgos a empresas y pro-
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