Seguritecnia 373

SEGURIDAD EN MONTAÑA SEGURITECNIA Marzo 2011 47 los y prácticamente sin contacto posi- ble, se sabe el valor de un guarda en el campo.» Y ahora permítanme la reflexión y cul- men del entretenimiento propuesto, que no trataba otra cosa que pintar el paisaje de la Seguridad en la alta montaña. Como bien decía, el sopié presenta un monte frondoso donde los Mossos d´Escuadra cumplen de forma efectiva y rápida con su cometido abundando en presencia y operativa; más allá del fin de las carreteras, en los caminos y triale- ras transitables, los Guardias Civiles del Seprona, con las propias limitaciones de su especialidad, ocupan su respon- sabilidad; el sufrido guarderío soporta con la inmensa vocación de sus efecti- vos esa parte del servicio dificultosa y callada en la que la normalidad o la mo- notonía es la mejor recompensa; más allá de las peladas crestas, está esa rara avis de magnífica especialización que son nuestros compañeros guardia civi- les de montaña, que cosechan premios y reconocimientos como merecido es- tímulo al esfuerzo y entrega que su mi- sión requiere. Suenan raros los episodios como el del pasado febrero en Burgos, donde un guarda de campo fue quien rescató al montañero perdido. Casos como éste no son frecuentes, pero, como se ve efectivamente ahí, en una modesta po- sición, los guardas desarrollamos nues- tra actividad desde hace 162 años. S ▪ Los escaladores (ésta es una zona de mucho interés por sus barrancos y porque hay una abundante cría de aves protegidas. Existe una regula- ción de los sectores de escalada, se- gún la temporada de cría). ▪ Los barranquistas (necesitan una au- torización expresa para poder hacer esta práctica, ya que solo está permi- tida a 10 personas por barranco y día debido a que es una zona con mu- chas pozas y barrancos de hasta 30 metros de altura). ▪ Aunque parezca mentira, los actos vandálicos nos traen de cabeza. De- bemos extremar la precaución en las ermitas que están dentro la zona, los paneles de guía e información a las zonas, así como sus itinerarios, los refu- gios de montaña y sus instalaciones. ▪ Las propiedades privadas (mansos, cuadras, cabañas de pastores, todo acceso y su integridad). Aparte del material propio de nues- tras patrullas, el Consorcio nos amplía material cartográfico, GPS y, sobre todo, la “joya” de la corona: un teléfono por satélite que garantiza la comunicación, de otra forma imposible dentro de la zona. También disponemos de un local oficina para la guardería rural (equipado con duchas, nevera, microondas, taqui- llas, camas, calefacción, etc.). Esto es vocacional y la verdad es que cuando surgen los problemas, so- efectiva, de rápida atención; la verdad es que se vuelcan con el guarderío ru- ral. La pena es que sus medios no están adaptados a este servicio. A los grupos de alta montaña de la Guardia Civil no los conocemos. Ellos suelen estar en zonas mucho menos accesibles, aunque aquí el barroquismo va siendo de entidad. La dinámica del servicio de guarderío rural se centra en recorrer unas zonas concretas delimitadas por el Consorcio. El recorrido transcurre paralelamente al río Sant Aniol, por los prados, ascen- diendo al Salto de la Novia siguiendo el GR11, hasta el refugio de Talaixà (753 metros) y descendiendo hasta la Mun- tada. Los parajes son verdaderamente incomparables. El tiempo total empleado es de casi cinco horas de servicio a pie por los senderos y a buen ritmo, ya que en mu- chas ocasiones te tienes que entretener en las intervenciones. Funciones Las funciones principales son informar a los usuarios de las normas del paraje y procurar su cumplimiento, la vigilan- cia de bienes, derechos y recursos, y proteger a las personas y sus pertenen- cias. No obstante, los problemas más frecuentes con los que nos solemos en- contrar son: ▪ Controlar las acampadas, con espe- cial atención a las autocaravanas o vehículos modificados como vivien- das por los vertidos de WC químicos, aguas negras… ▪ Otro problema importante es que los perros no siempre van atados y documentados en cumplimiento de las normativas si están catalogados como peligrosos o potencialmente peligrosos. Muchas veces los aban- donan, se asilvestran y son muy pe- ligrosos. ▪ Las hogueras y los vertidos, produci- dos mayoritariamente por el hecho de acampar. ▪ El acceso al entorno, que debe ha- cerse a pie. Es complicado alcanzar a las motos y ‘quad’ cuando vas an- dando…

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