Seguritecnia 375
SEGURITECNIA Mayo 2011 53 Entrevista das acciones conjuntas ante la Adminis- tración, cosa que seguiremos haciendo por la efectividad manifestada. El sector está más unido en teoría que en la práctica real, donde no se dan ac- ciones sectoriales globales, sino que cada uno defiende sus particulares inte- reses, sin esa visión de acción conjunta que nos haría ganar mucho en la efecti- vidad de nuestras reivindicaciones. ADSI seguirá buscando lazos de acer- camiento con el resto de asociaciones con ese objetivo de mejora y de mayor efectividad de nuestras funciones como directivos/directores de Seguridad. - La importancia del director de Segu- ridad dentro de una organización no está tan reconocida como otras áreas, por ejemplo, la Financiera o la de Re- cursos Humanos. ¿Cuál es su opinión en ese sentido? Es una evidencia en la mayoría de em- presas esa diferencia que comenta res- pecto a la mejor consideración y valo- ración de otros “directores” que osten- tan una posición mucho más cercana al core business de la entidad, que no la que tiene el propio director de Seguridad. Pese a que se está mejorando nues- tro posicionamiento de manera puntual, todavía nos queda mucho por lograr en ese sentido, en donde ni siquiera nuestra figura consta en las tablas salariales que habitualmente manejan las empresas para determinar las dotaciones retributi- vas de nuestra actividad. -¿Cómo puede revertirse esa situación? Hemos de ser nosotros quienes vayamos evidenciando ante las empresas el valor añadido que podemos aportarles y, así, lograr nuestra equiparación con otros ámbitos dentro de la propia entidad. Aunque no dudo de que estemos en el buen camino, creo que nos va a llevar todavía un cierto tiempo que esa creen- cia se generalice y que las entidades sean conscientes de lo mucho que realmente les beneficia nuestra función y de cuáles son los costes reales de la “no seguridad” en sus actividades. Mejorar nuestra preparación y califica- ciones en aspectos directivos, así como hablar el “mismo lenguaje” y saber tra- ducir nuestras actividades a conceptos económicamente valorables por nuestra empresa nos ayudará, sin duda, a ello. -¿Cómo calificaría la relación de los di- rectivos de Seguridad con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado? ¿Qué aspectos potenciaría? Se ha mejorado muchísimo en los últi- mos dos o tres años, cuando han de- jado de vernos como un “oponente” o “intruso” en sus funciones y han pasado a valorar positivamente lo mucho que podemos aportar a sus resultados fina- les, que presentan una gran cantidad de puntos y objetivos en común con los nuestros en particular. Pese a esa mejora más que evidente de los últimos tiempos, todavía queda mucho camino por andar, sobre todo en la reciprocidad de las colaboraciones; en no interpretar negativa y mayoritaria- mente en contra de nuestras figuras y funciones los posibles escenarios que la normativa sectorial permite entender en sus textos y procedimientos. Cuando logremos que los criterios sean objetivables, sin importar en qué lado de la mesa se esté, habremos lle- gado al equilibrio correcto entre la Segu- ridad pública y la privada. La actitud de los responsables actua- les de las administraciones con compe- tencia en Seguridad Privada nos hace ser optimistas y pensar que estamos en muy buen camino para lograr la máxima cola- boración y beneficio de ambas segurida- des, sin duda. -En los últimos meses se han produ- cido algunos cambios significativos con los que se pretende mejorar el sec- tor: programas de cooperación, nove- dades normativas, actualizaciones de órdenes ministeriales obsoletas… Con todo, ¿cuáles cree que son los aspectos de la Seguridad Privada sobre los que hay que trabajar con mayor atención en los próximos años? Bienvenidos sean los planes de mejora sectoriales, los programas de coopera- ción y las actualizaciones normativas re- cién publicadas, en las que se ha per- mitido la participación del sector como hasta ahora nunca antes habíamos visto. Pero que todo ello no nos haga perder de vista la base de lo que debería ser la mejora definitiva del sector y que, en dos aspectos básicos, todavía no se ha logrado. Un primer aspecto sería el equiparar riesgos reales con exigencias normati- vas, puesto que se sigue regulando so- bremanera sectores que no son, en ab- soluto, los de mayor riesgo delictivo en estos momentos. Sirva como ejemplo que la regulación de la seguridad física y electrónica de entidades financieras sea la de más pormenorizada, cuando la to- talidad de las 42.000 oficinas bancarias tienen hoy menos robos y atracos que las 5.000 sucursales de algunas cadenas de distribución cuyos nombres segura- mente están en la mente de todos y que, sin embargo, no están en absoluto regu- ladas ni obligadas siquiera a disponer de Dirección de Seguridad. El segundo aspecto no resuelto es la regulación de la figura del director de Seguridad como se ha materializado en otros sectores relacionados con el nues- tro, como, por ejemplo, la Seguridad La- boral, en donde la presión de los agen- tes sociales ha logrado una regulación sectorial que, a mi parecer, se ajusta más y mejor al tratamiento de las necesida- des reales de nuestra sociedad. - La Orden Ministerial sobre personal de seguridad privada, en su reciente “Hemos de ser los directores de Seguridad quienes vayamos evidenciando ante las empresas el valor añadido que podemos aportarles”
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