Seguritecnia 375
78 SEGURITECNIA Mayo 2011 Artículo Técnico los profesionales y centros técnicos y de formación. La escuela militar responde a las ame- nazas de un enemigo en potencia y es- tablece desde antiguo, en sus regla- mentos de campaña, dos vertientes de la seguridad a las que cualquier mando debía prestar atención: la libertad de ac- ción del jefe, que incluye su protección (la guardia pretoriana del emperador ro- mano, la guardia negra almorávide o las actuales guardias reales/presidenciales son algunos ejemplos); y la protección de las tropas (a cargo de guardias, pa- trullas, etc.). Son actividades que ahora se practican en el sector de la Seguri- dad Privada, bajo las formas de “protec- ción personal” y de “vigilancia y protec- ción de...”, incluso en centros militares. La escuela policial se deriva inicial- mente de la militar –los Tercios de Flan- des ya contaban con un Cuerpo de po- licía bajo la dirección del preboste– y, hasta avanzada la democracia, fueron jefes militares los mandos de los diver- sos Cuerpos policiales españoles. Una incursión en la memoria histórica, tan de moda, nos recuerda a algunos tan conocidos como Mola (director gene- ral de la Policía), Sanjurjo (director ge- neral de la Guardia Civil), Queipo de Llano (inspector general de Carabine- ros) y Muñoz Grandes (fundador de la Guardia de Asalto republicana). En la actualidad, los Cuerpos policia- les –excepto la Guardia Civil– son orga- nizaciones civiles, y algunos cuentan con estructura, uniformidad y armamento de tipo militar. Su influencia es manifiesta en el sector de la Seguridad e investigación privadas, aparte de que el propio Minis- terio del Interior tiene a su cargo las nor- mativas relacionadas con el tratamiento de las emergencias, si bien su ejecución es competencia de las comunidades au- tónomas, y a la Unidad Militar de Emer- gencias, creada esta última para cubrir una carencia nacional. El seguro, como producto, tiene su origen, según los expertos, en la an- tigüedad clásica, aunque se desarro- lla como sector diferenciado en el si- glo XVII en Londres. Su actividad se orienta al tratamiento de un amplio ca- tálogo de riesgos, que se materializan de forma fortuita –no intencionada– y con carácter aleatorio –no previsible–, y cuya compensación se realiza me- diante el pago de una indemnización en caso de siniestro. Se trata de un sec- tor poderoso que cuenta con el aporte de centros de investigación y espe- cialistas en el análisis y tratamiento de todo tipo de riesgos (sociales, técnicos, químicos, etc.). Complementariedades Es sabido que los gerentes de Riesgo en las empresas (figura anterior a la aparición del director de Seguridad Pri- vada) clasifican estos riesgos en cuatro grupos, con vistas a las acciones que E n mi anterior artículo –“El len- guaje de la Seguridad”–, seña- laba la importancia que tiene para el sector de la Seguridad Privada el empleo de un lenguaje técnico y pre- ciso, ya que “la exactitud de las defini- ciones clarifica las ideas” (Barón de Jo- mini). Esto, con ser necesario, resulta insuficiente si al mismo tiempo no se afrontan dos cuestiones más: estable- cer una teoría que aporte el necesa- rio respaldo intelectual a las actividades de seguridad –un saber pensar–; y con- tar con una “metodología” que facilite la solución práctica de cualquier pro- blema de protección –un saber hacer–. A la hora de sustanciar una posible teoría de aplicación a la Seguridad Pri- vada, conviene acudir a las escuelas que tradicionalmente han tratado las situaciones de inseguridad y la protec- ción: la escuela militar, que responde a las amenazas; la escuela policial, más orientada a la investigación; el sector asegurador, que trata de los riesgos; y la Seguridad Privada, que se soporta en las anteriores, con aportaciones de Hacia una teoría de Seguridad Privada Justo Cruz / Director de Seguridad
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