Seguritecnia 376

I i C ongreso N acional de S eguridad P rivada SEGURITECNIA Junio 2011 25 dos, la protección de buques con armas de guerra o la protección de víctimas de violencia de género, bien mediante su escolta personal o a través de sistemas de alarma móviles. La ‘ despolicialización’ de determina- das funciones , como forma impropia o extrema de externalización de aspec- tos de la seguridad, mediante el recurso de funcionarizar o laboralizar parcelas de trabajo relacionadas con la seguridad y que venían siendo desempeñadas por los servicios policiales, como puede ser el control de aspectos relativos al tráfico urbano de vehículos, tales como los nue- vos agentes públicos de movilidad o la vigilancia privada del estacionamiento público regulado. Aunque menos evidente, constituye también una corriente favorecedora de la tendencia externalizadora la interpre- tación actualizada de los textos norma- tivos, que contempla con mayor com- placencia, en beneficio de la seguridad, la prestación de cierto tipo de servicios que se pensaban vedados a la seguridad privada, tales como playas, ferias, medios de transporte, etcétera. Sinergia de Seguridades Es característica consustancial a la globa- lización la natural interdependencia que produce en todos los órdenes. Además de sus vertientes económica e informa- tiva, bien conocidas de todos, tiene tam- bién, sin duda alguna, trascendentes con- secuencias en el ámbito de la seguridad. La inevitable tendencia a la colabora- ción entre el lado público y el privado de la seguridad, que mientras redefinen sus papeles, funciones y competencias, están embarcados en el diseño y puesta en marcha de múltiples experiencias e iniciativas de buenas prácticas colabora- doras, de las que España constituye un modelo de estudio y creciente interés para otros países. La creciente tendencia hacia la con- vergencia entre las facetas física y ló- gica de la seguridad, de la que ya en España se pueden encontrar notables ejemplos, aunque todavía escasos, y que parece el horizonte hacia el que apuntan es que la política nacional de Seguri- dad Pública busca “conformar espacios de actuación concertada con el sector de la Seguridad Privada, cubrir las nece- sidades reales de seguridad existentes, posibilitar su participación en ámbitos actualmente asignados a la Seguridad Pública, y abrir la prestación de nuevos tipos de servicios a la Seguridad Privada”. De esta declaración de intenciones no resulta difícil encontrar ejemplos diversos que responden a distintas fórmulas en las que la gestión de la seguridad se realiza mediante el modelo de titularidad pú- blica y prestación privada , la totalidad de las cuales tienen en común la búsqueda de la eficiencia sin pérdida de la eficacia, y la flexibilidad y adaptabilidad a las coyun- turas de seguridad sin menoscabo de la garantía de su prestación efectiva. Teniendo presente que casi un 30 por ciento de la facturación anual de la Se- guridad Privada en España responde a la contratación de servicios por parte de la Administración Pública, no resulta difícil encontrar ejemplos que pueden ser atri- buidos a esta tendencia externalizadora. La complementación , vía disminu- ción cuando no sustitución, de efecti- vos de la seguridad privada respecto de la pública , se evidencia en la cada vez más numerosa vigilancia y protección di- recta, por parte de la Seguridad Privada, de todo tipo de edificios, recintos, instala- ciones, medios y bienes públicos (minis- terios, ayuntamientos, cuarteles, comisa- rías, aeropuertos, puertos, trenes, metro, autobuses, parques, etcétera), así como en su participación en servicios hasta hace poco prestados exclusivamente por la Se- guridad Pública (acontecimientos depor- tivos, protección de infraestructuras, etc.). La subsidiariedad legislativa que en ocasiones se está produciendo de la Seguridad Privada respecto de la pú- blica , mediante la asignación, a la Segu- ridad Privada, de nuevos servicios de se- guridad cuya competencia corresponde a la Pública, bien por razones de opor- tunidad, necesidad, insuficiencia de me- dios o de ahorro de costes, como sucede en los supuestos de protección de per- sonalidades públicas por escoltas priva- las últimas novedades normativas sobre protección de infraestructuras críticas o formación de directores de Seguridad. La previsible expansión de la tecnifi- cación de la seguridad, fruto de la cada vez mayor relevancia del empleo ma- sivo de equipos tecnológicos, pero con apoyo y sin menoscabo del necesario y siempre presente elemento humano, factor verdaderamente decisivo de la función seguridad, y al que auxilia, pero no sustituye, todo el posible aparataje técnico puesto a su disposición. La tendencia a la concentración del mercado de la seguridad que, además de obedecer a una transitoria coyuntura de adversa situación económica, responde, fundamentalmente, a la necesidad de cu- brir una demanda de seguridad global que interesan los grandes y también los medianos usuarios, y que exige un presta- dor de servicios capaz de satisfacer todas sus necesidades y hacerlo, además, de forma especializada, diferenciada y espe- cífica para cada sector, actividad e incluso para cada tipo de cliente, y sin olvidar aportar, además de calidad, un valor aña- dido sobre el resto de sus competidores, lo que incluye, frecuentemente, servicios de inteligencia en sus variadas facetas. Con esta visión general, sometida a la lógica incertidumbre de todo aquello que trata sobre el futuro, concluyo esta perso- nal reflexión recordando que, en mi opi- nión, el F uturo de la Seguridad Privada pasa por la I nternacionalización, la E xter- nalización y la S inergia. Por eso le digo al sector, a la industria de la Seguridad Pri- vada en España, que no lo con FIES todo a la Administración, que sin duda alguna acompañará el proceso impulsándolo en aquello que le corresponda, y que tome las riendas de su propio futuro. El mundo futuro tiene sitio para casi todos, pero en ese nuevo mundo no to- dos crecen y viven de la misma manera. La previsión, la adaptación y la innova- ción son las claves del progreso. Solo la comprensión del pasado y nuestro en- tendimiento del presente nos permitirán construir nuestro propio futuro, y más vale que eso dependa esencialmente de nosotros mismos. S

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