Seguritecnia 376

78 SEGURITECNIA Junio 2011 I i C ongreso N acional de S eguridad P rivada María Menéndez Fernández Presidenta de la Asociación Estatal de Formación de Seguridad Privada (ASEFOSP) D esde los inicios allá por el año 1996 hasta la actualidad, he- mos recorrido un largo y po- sitivo camino no exento de dificultades. Hasta entonces, la figura del guarda ju- rado y vigilante jurado (diferenciando una de otra en función de la necesidad de portar o no arma) estaba represen- tada por personas a las que no se les re- quería ningún tipo de titulación ni se les exigía formación previa específica para el desempeño del puesto. A lo sumo, por iniciativa de la empresa, unas horas de formación tan escasas que no podemos decir que les formara profesionalmente. Cuando vio la luz el RD 2364/94 co- menzó la consolidación de una profe- sión en la que se exige formación teórico- práctica acreditada con la obtención de un diploma expedido por un centro de formación autorizado, capacitándole para superar un examen oficial que definitiva- mente habilita para ejercer la profesión de vigilante de Seguridad Privada. Es en ese momento, en el que unos pocos centros en España son autoriza- dos por la Secretaria de Estado de Segu- ridad y crean una plantilla de profesores especializados en cada una de las com- petencias técnicas profesionales del sec- tor, se comienzan a impartir los prime- ros cursos, con un número reducido de alumnos y convocatorias anuales. Las personas que acudían a nuestros centros, lo hacían desde la vocación y viendo este trabajo como sustituto de lo que, por una u otra razón, no habían podido conseguir, como formar parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Obtener la titulación de vi- gilante les llevaba a ejercer una profe- sión que se asemejaba, cuando me- nos, a lo que hubieran querido ser y en la que la inserción laboral estaba garan- tizada. Una oferta laboral que en aque- llos momentos estaba muy por encima de la demanda, logrando que nuestro crecimiento como formadores del sec- tor se incrementara en la misma me- dida que las empresas de Seguridad nos demandaban profesionales. Esto fo- mentó la necesidad de ampliar nuestra oferta formativa a través de cursos de cualificación, especialización y actua- lización constante de los conocimien- tos adquiridos, adaptándolos a las nue- vas tecnologías que el propio mercado, cada vez más competitivo, exigía. Desgraciadamente, la crisis económica que nos ha golpeado tan duramente ha llevado a que estos perfiles tan defini- dos de potenciales vigilantes de Seguri- dad se hayan visto supeditados a la ne- cesidad de encontrar un puesto de tra- bajo. En la actualidad, es sorprendente el número de personas que optan por este tipo de formación; no importa la edad, procedencia o formación, se aferran a esta posibilidad, buscando con ello una cualificación profesional vertiginosa que les permita dar un giro a su vida y reco- locarse de nuevo en el mercado labo- ral, aun cuando algunos reconocen que jamás se lo hubieran imaginado. De ahí que nos encontremos con personas pro- cedentes de todos los sectores y niveles, (abogados, delineantes, topógrafos, ca- mareros, peones…) que forman parte de los millones de parados con responsabi- lidades familiares y unos recursos cada vez más escasos, y que ven esta profe- sión como una alternativa para salir ade- lante, aun siendo conocedores del es- fuerzo que ello les va a suponer, pero con la ilusión y necesidad de volver a reencontrarse con un puesto de trabajo. Hemos vivido, por tanto, un impor- tante crecimiento de demanda de for- mación para este sector, así como de re- conocimiento social del mismo como sa- lida profesional, que ha sido lento pero inexorable, dándole el valor que los que habíamos puesto todo el esfuerzo y en- tusiasmo en ello pretendíamos. Es destacable, por tanto, la importancia de la formación como una inversión de futuro que, sostenida en el tiempo, ade- más de aportarnos un valor añadido ase- gurado, mejorando nuestra empleabili- dad, supone un punto clave para el de- sarrollo económico y social de un país, sentando las bases de su crecimiento. Desde los centros de formación a los que represento, damos las gracias a to- dos los profesionales que han apostado con nosotros por una formación de ca- lidad, por transmitir sus conocimientos y experiencias a las personas que a lo largo de los años han depositado su confianza en nosotros, no dudando en que les ayu- daríamos a formar parte de un sector que ha trabajado duramente para obte- ner un reconocimiento social. S Hemos vivido un importante crecimiento de demanda de formación para este sector, así como de reconocimiento social del mismo La consolidación de una profesión Comité organizador

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