Seguritecnia 376

92 SEGURITECNIA Junio 2011 I i C ongreso N acional de S eguridad P rivada José R. Centeno Gómez Responsable sectorial de Seguridad de FeS-UGT G eneralmente, a la hora de po- der realizar una fotografía de la Seguridad Privada en el Es- tado español, se tiende a incluir en ésta a los grandes generadores de servicios que son los clientes, a la Administración en su doble vertiente (cliente y árbitro) y a las empresas dedicadas a las dife- rentes ramas de la actividad. Todos tie- nen voluntad de mostrarse eficientes en su labor y competentes en sus propues- tas. Quisiéramos, además, confiar en que esto es verdad y que existe una verda- dera voluntad de servicio que supera, in- cluso, los objetivos económicos de una compañía. Pero de todo esto, en dema- siadas ocasiones, sigue quedando fuera de la foto el fotógrafo, que no por no sa- lir no tiene el papel principal en el mon- taje de la escena. En Seguridad Privada hacemos cons- tante referencia al sector como un para- guas que nos cubre a todos. Pensamos que cuando lo mencionamos, el otro in- terlocutor nos entenderá perfectamente en tanto estamos usando un código co- mún, que hablamos el mismo lenguaje. Y eso no es cierto. Se olvida con una fre- cuencia temible que el sector lo cons- tituyen, principalmente, sus trabajado- res, en absoluto contraste con el resto de segmentos. Y son precisamente estos trabajadores los que proporcionan al conjunto de la Seguridad Privada el grueso de la factu- ración general. Son los que deben llevar a cabo los protocolos de actuación, los que plantan la cara cuando hace falta, los que mantienen este castillo de naipes en el que se ha convertido el sector. A lo largo de estos años (y es necesa- rio tomar como punto de referencia fun- damental la puesta en marcha de la Ley Orgánica de Seguridad Privada, acogida con esperanza) el sector ha tenido redi- reccionamientos constantes buscando el ir haciendo mercado. Y la realidad es que el mercado ha sido quien ha ido mode- lando el sector. Las oportunidades de negocio a través de la especialización han sido rechazadas por un crecimiento expansivo, poco especializado, de bajo valor añadido y, por supuesto, tremen- damente inestable; y aún se consideraba que el tipo de actividad desarrollada ten- dría, como en otras ocasiones, menor vulnerabilidad a probables crisis. Al igual que otros sectores, el creci- miento ha sido desaforado, necesitando emplear gran cantidad de mano de obra. No hace tanto tiempo que los plantea- mientos patronales y de clientes pasa- ban por romper lo que se denominaban “trabas legales” para tener, ya sin los lí- mites de una homologación costosa en tiempo y número de empleados, acceso a un ilimitado campo de servicios. La realidad, en poco tiempo, es otra. De faltar mano de obra empezamos a conocer el paro en el sector. La demanda de servicios de Seguridad Privada ha ba- jado significativamente, lo que tiene una relación directa para el empleo; pero, sin embargo, no atendemos al crecimiento que han tenido los llamados servicios auxiliares, que emplean a trabajadores en condiciones laborales y salariales de- sastrosas, que vienen sustituyendo al personal habilitado. Esto, evidentemente, también tiene responsables. En situaciones como las actuales, es necesario alcanzar un compromiso real entre todo el sector (clientes, Administra- ción, direcciones de empresas y, por su- puesto, trabajadores) donde podamos establecer unos criterios básicos de re- conducción de la situación. Los trabaja- dores ya hemos demostrado nuestro es- fuerzo manteniendo toda la estructura permanentemente, asumiendo los ries- gos del desarrollo de la actividad y amor- tiguando el impacto de la crisis. Ahora es el momento de dejar atrás la invisibili- dad permanente que tienen las plantillas en el desarrollo y la gestión de la seguri- dad a todos los niveles. No basta con jus- tificar menciones en el Día de la Seguri- dad y afirmar que el vigilante es el prin- cipal activo. Hechos como la muerte de compañeros en el desarrollo de su acti- vidad profesional son, lamentablemente, puntos negros que destapan realidades de las que no se puede huir. Abordemos cuestiones sobre formación real, sobre la calidad de la prestación del servicio, so- bre la dotación de medios adecuados, sobre la seguridad de los trabajadores del sector. Contar solo los criterios económicos en las contrataciones demuestra que no ha sido una opción con futuro para el sector y que no puede serlo tampoco para abor- dar procesos a nivel europeo. S Se olvida con una frecuencia temible que el sector lo constituyen, principalmente, sus trabajadores, en absoluto contraste con el resto de segmentos El momento de dejar atrás la invisibilidad del vigilante Comité organizador

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