Seguritecnia 380

7 SEGURITECNIA Noviembre 2011 EDITORIAL “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) E l anuncio del cese definitivo de la actividad armada de ETA abre una etapa de esperanza para los españoles. Con la de- claración de alto el fuego, ha quedado demostrado que el Estado de derecho es más fuerte que quienes optan por las pistolas y las bombas en lugar de la democracia. De ahora en adelante, si la banda terrorista mantiene las intenciones suscritas en su comunicado, es de esperar que nuestra sociedad asista a un proceso en el que el terror, la violencia y la coac- ción den paso a una auténtica libertad y convivencia en el País Vasco. De esa conquista pueden congratularse todos los ciudada- nos, pero en especial los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y otros profesionales del ámbito privado cuya labor a lo largo de más de treinta años ha permitido que el pasado 20 de octubre ETA hincara la rodilla. Mención destacada merecen los escoltas pertenecientes a empresas de Seguri- dad Privada, que durante ese tiempo han desempeñado un papel imprescindible para la protección de personalidades y otros objetivos potenciales de la banda. Este gre- mio acoge el fin de la violencia de ETA con reservas, a la vez que expresa su preocu- pación ante la pérdida de empleo que entraña la reducción de los servicios. Y es que la retirada de escolta a todos los amenazados representaría la destrucción de cerca de 3.000 puestos de trabajo. Es de esperar que el Gobierno electo plantee soluciones ur- gentes que permitan a estos profesionales –que han arriesgado sus vidas por la segu- ridad y la libertad de todos los españoles– seguir ejerciendo su profesión con garantías. No obstante, el final del terrorismo etarra no es el único temporal que tiene que ca- pear el nuevo Ejecutivo. De hecho, el encauzamiento de la complicada situación eco- nómica es la principal preocupación del Estado y exigirá una notable diligencia del Go- bierno a la hora de plantear soluciones. Las empresas permanecen expectantes ante los cambios que se vayan produciendo, con la esperanza puesta en que las medidas adoptadas supongan un giro a la coyuntura actual. En lo que al sector de la Seguridad Privada se refiere, la deriva financiera ha sido un factor determinante para la reestructu- ración que se viene experimentado en los últimos años. Ésta ha incluido la desaparición de compañías, fusiones, adquisicio- nes y demás movimientos de sociedades. Sin embargo, esa transformación no se está produciendo únicamente como conse- cuencia de las dificultades económicas, sino que también parece motivada por las cada vez mayores interdependencias entre países, por la necesidad de incorporar nuevas tecnologías a los negocios o por enfoques empresariales diferentes. En este caso, la gestión del cambio debe sonar como una sinfonía en medio de la tormenta. El sector de la Seguridad Pri- vada necesita replantearse todos aquellos aspectos que desafinan y apostar por nuevas melodías. Eso significa dar con las te- clas adecuadas, lo que incluye en este caso alejarse de las malas compañías (esas que hacen tanto ruido y que luego provo- can el “timo de la estampita”), apostar por savia nueva y buscar las fórmulas que sean rentables a corto plazo, pero no ruino- sas a largo. De lo contrario no superará la adversidad. En definitiva, el modelo está evolucionando. Por eso el estancamiento, ya sea el de las empresas, asociaciones, profesio- nales o instituciones, es la peor estrategia para sobrevivir a la crisis y para mantenerse después. El apoltronamiento sólo con- duce a seguir la rutina del vago, el que nada hace, el que nada cambia. S La gestión del cambio y viceversa “La Seguridad Privada necesita replantearse todos aquellos aspectos que desafinan y apostar por nuevas melodías”

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