Seguritecnia 381

116 SEGURITECNIA Diciembre 2011 Caso Práctico de las cámaras IP ha ido aumentando de acuerdo a la Ley de Moore (de forma re- sumida, duplicándose cada dos años), y en la actualidad ofrecen un rendi- miento 600 veces superior a las pri- meras cámaras de red. En cuanto al almacenamiento, su abaratamiento ha provocado el desa- rrollo de nuevas oportunidades, y hoy en día hay dos tecnologías que amplían las posibilidades de almacenar imágenes: por una parte, los nuevos servicios de vi- deovigilancia alojada, en los que las imá- genes se almacenan en centros de datos (en la “nube”); y, por otra, las nuevas po- sibilidades de almacenamiento “ on the edge ”, es decir, en la propia cámara y en dispositivos de red. Las capacidades de “ edge storage ” han estado disponibles en el mercado desde hace unos años, aunque hasta hoy no habían podido utilizarse como solución integrada con los sistemas de gestión de vídeo (VMS) de los principales fabrican- tes. Gracias a esta integración, los siste- mas de vídeo IP pueden ahora conse- guir características como redundancia y mejoras en su fiabilidad. Por ejemplo, es posible configurar las cámaras IP para al- macenar vídeo en ellas (en una tarjeta SD/SDHC alojada internamente) cuando haya fallos de suministro eléctrico o de red o cuando el VMS no esté disponi- ble por tareas de mantenimiento, y pos- teriormente enviar las grabaciones al sis- tema de gestión de vídeo cuando éste se encuentre operativo, asegurando la continuidad de las grabaciones. Esta ca- pacidad es especialmente útil en instala- ciones críticas. Como hemos visto a lo largo del artí- culo, el desarrollo de la tecnología de ví- deo IP, basado en las mejoras de las ca- pacidades de las cámaras y de los siste- mas de gestión de vídeo, así como de las nuevas posibilidades de almacenamiento (en la propia cámara, en centros de da- tos a través de Internet y en dispositivos de red como los NAS), parece poner en riesgo el modelo de negocio actual del DVR. Ya no queda tan claramente justi- ficada la necesidad de un DVR/NVR lo- cal, en muchos casos “propietario”, que resulta crítico y es caro de mantener. Lo que se espera de las empresas que desa- rrollan este tipo de soluciones es que sa- quen partido a todas estas nuevas posi- bilidades (tanto de capacidad de proceso como de almacenamiento, gestión de ví- deo y comunicaciones), que profundicen notablemente en su nivel de especializa- ción por segmentos verticales (no todos los entornos de videovigilancia precisan las mismas funciones) y que ofrezcan un valor añadido “real” a sus usuarios. Para ello, deberían escapar de la competen- cia en el hardware y evolucionar más ve- lozmente en las capacidades de gestión del software . S L a tecnología del DVR (Digital Vi- deo Recorder) emergió a me- diados de los años 90 como al- ternativa económica y eficaz a las limi- taciones de los sistemas analógicos de grabación de vídeo en cinta. En ese mo- mento, los DVR aportaban una serie de beneficios nada desdeñables para los usuarios finales: mayor calidad de ima- gen, mayor capacidad de almacena- miento, acceso casi instantáneo a la in- formación clave, reducción de tiempos y costes de mantenimiento y mayor flexi- bilidad en el control de las grabaciones. Según los datos de la compañía nor- teamericana de análisis de mercado J.P. Freeman, correspondientes a 2003, los DVR estaban presentes en el 75 por ciento de las nuevas instalaciones. Los grabadores digitales representan una mejora principal respecto a la anterior tecnología analógica en costes y ren- dimiento. Por este motivo, hoy existen cientos de fabricantes y cada uno cuenta con una arquitectura de DVR particu- lar. Hay que reconocer que estos graba- dores han jugado un papel importante en la transición de los sistemas de CCTV analógicos hacia soluciones de vídeo cien por cien digitales; sin embargo, el desarrollo de la tecnología IP hace que los DVR no resulten idóneos para satisfa- cer las cambiantes demandas de los ac- tuales sistemas de seguridad corporati- vos, y mucho menos de los del futuro. Los DVR han cumplido tradicional- mente tres funciones principales: digita- lizar y gestionar las grabaciones, ejecu- tar algoritmos de analítica de vídeo y ac- tuar como interfaz de comunicaciones para la gestión remota. El desarrollo de la tecnología IP ha permitido que una cá- mara de red de última generación realice de forma autónoma gran parte de es- tas funciones. La capacidad de proceso El desarrollo de la tecnología de vídeo IP y el futuro de los DVR/NVR Alberto Alonso / Experto en vídeo IP de Axis Communications

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