Seguritecnia 386
Seguridad en hoSpitaleS SEGURITECNIA Mayo 2012 23 “ M antendrán el régimen de acceso de enfermos y visitantes”, “cuidará del orden del edificio”, “cuidarán de que personal y enfermos no hagan uso in- debido de enseres”, “vigilarán entradas”, “tendrán a su cargo la vigilancia noc- turna en el interior y en el exterior del edificio”, “velarán para conseguir el ma- yor orden”… Estas y otras funciones de similares características nos llevan inde- fectiblemente en el momento actual a imaginar un trabajador concreto, una profesión muy específica y determi- nada. Pero si nos retrotraemos a 1971, las circunstancias cambian. Estas frases provienen de un documento referencial básico de ordenación de las profesiones sanitarias, probablemente el más tras- cendente en aquellos años, y detallan las funciones de… un celador de insti- tuciones sanitarias. En efecto, los años setenta fueron em- blemáticos en España desde el punto de vista del desarrollo de nuestro ac- tual sistema sanitario que, hay que de- cirlo siempre, es uno de los mejores del mundo. Pero en lo que a nuestro tema se refiere, el momento, los planteamien- tos, la sociedad y aun las perspectivas eran muy diferentes a las actuales. Me he permitido retroceder en el tiempo como apoyo para formular una pregunta: ¿somos conscientes de que nuestro actual concepto de la seguri- dad hospitalaria puede ser tan poco prospectivo como el de 1970? En efecto, nadie en aquella época hubiera siquiera postulado un panorama de la segu- ridad en nuestro medio como el que ahora se da. Ha sido una evolución ligada, conse- cutiva, a la realidad; a la evolución de trabajadores y usuarios, de medios y hasta de amenazas. Personalmente, me incorporé al medio sanitario en 1974 y cinco años después a mi primer hos- pital. He podido vivir muy de cerca la transformación de medios de vigilan- cia y protección, materiales y humanos. Y lo que es más intangible, pero quizá incluso más importante, el desarrollo de sus funciones y competencias. He vivido desde esos primeros mo- mentos de introducción, dubitativa aún, con recelos y reticencias, hasta el nivel de integración actual, de comprensión mutua entre la actividad principal de nuestra empresa, la sanitaria, y el apoyo y colaboración prácticamente impres- cindible que supone la seguridad. He visto cómo se ha evolucionado ha- cia la necesidad de nuevos requerimien- tos en el personal que presta seguridad, con la generación (o con más propie- dad “autogeneración”) de un profesio- nal de especial cualificación para el tra- bajo hospitalario (tardamos un tiempo en darnos cuenta de que esta era una labor muy específica). Y aún dando un paso más, la incorporación de respon- sables, jefes, directores de Seguridad, que llegaron al sector sanitario o que incluso surgieron de él. Cambio de percepción Todo esto se ha producido siguiendo siempre a una sociedad más informada, más consciente de sus derechos (no siempre de sus obligaciones), más fá- cilmente ‘vigilable’ por medios electró- Nuevos tiempos, nuevos retos Carlos Sangregorio Yanez / Director gerente del Hospital del Sureste de Madrid ¿Somos conscientes de que nuestro actual concepto de la seguridad hospitalaria puede ser tan poco prospectivo como el de 1970? Thinkstock/Gettyimages
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