Seguritecnia 390
66 SEGURITECNIA Octubre 2012 Opinión rir las competencias del programa de estudios. Cada uno representa entre 25 y 30 horas de aprendizaje. Incluye no solo la asistencia al aula, sino tam- bién la dedicación al estudio, la realiza- ción de seminarios, resolución de ejer- cicios, etc. Lamentablemente, el interesado que quiera seguir indagando en el análisis y valoración de los programas forma- tivos en Dirección de Seguridad con criterios comunes puede enfrentarse a otros inconvenientes tales como: di- ficultades para su localización a tra- vés de las páginas web de los centros de enseñanza, no inclusión en la infor- mación institucional de las universida- des o inclusión pero con datos total- mente insuficientes o muy poco escla- recedores. Llegados a este punto, podemos afir- mar sin temor a equivocarnos que ac- tualmente existe una amplia oferta de titulaciones (74), expedidas tanto por centros y universidades públicas como por privadas en distintas comunidades autónomas, para la habilitación de di- rectores de seguridad en España que ofrecen, a un precio u otro o con otra modalidad de enseñanza, la oportuni- dad de obtener un birrete con el que posar orgulloso para las cámaras o col- gar en el despacho. Pero si prevalece la precipitación o el descuido en la apre- ciación de su calidad, tal vez ese codi- ciado birrete tenga ‘flecos sueltos’ sin resolver adecuadamente. S en el Anexo III de la INT 318. Entre ellos se encuentran instituciones universita- rias de reconocido prestigio, como es el caso de la Universidad Pontificia Comi- llas de Madrid, que expide el título del Curso Decano en Dirección de Segu- ridad denominado “Curso de Superior de Administración y Dirección de Segu- ridad” (ADIRSEG), impartido por ICADE Business School en colaboración con ASIS España. Los ECTS Pero si esto fuera poco, nos encontra- mos con otro handicap ; los European Credit Transfer System (ECTS), fórmula que expresa un auténtico cambio en la metodología de la educación superior europea. Se trata de un modelo más avanzado en el que el alumno pasa de la docencia por enseñanza, basada en la recepción de conocimientos, a la do- cencia por aprendizaje, planteada sobre desarrollo de competencias. Este sistema demanda del profe- sorado una formación que enseñe a aprender y exige de los estudiantes una mayor responsabilidad en su propia educación. No tienen nada que ver con los cré- ditos académicos anteriores. Nada. Los antiguos medían la duración de las cla- ses impartidas por el profesor en cada asignatura. Cada uno de ellos equi- valía a diez horas lectivas. Los nuevos créditos europeos valoran el tiempo invertido por el alumno para adqui- encontramos con programas con con- tenido interrelacionado, pero con dife- rentes titulaciones y diferentes honora- rios y duración. Entonces, ¿cuál es la verdadera razón de esta diferencia abismal entre los pre- cios de las matrículas? La respuesta es sencilla: Art. 6 de la INT/318, apartado 4, que cita textual- mente: “El orden, contenido, modali- dad, forma y amplitud horaria de cada una de las materias que integren estos cursos será determinado por los cen- tros oficiales, en el programa que se presente a efectos de autorización, en su caso”. La Orden Ministerial obliga a los cen- tros universitarios a impartir cursos de 400 horas de formación mínima para los futuros directores de seguridad, pero no estipula qué cantidad de estas horas lectivas deben ser presenciales (de ma- nera obligatoria); he ahí la cuestión. La estructura, metodología y orga- nización de los cursos ofertados es to- talmente variopinta y así nos podemos encontrar que un alumno puede cursar programas: a distancia, online , semipre- senciales o presenciales. Tampoco es baladí pararse a escudriñar en aquellos programas que ofrecen un contenido curricular de 400 horas lectivas, pero en el reparto y asignación de su carga ho- raria coexiste un amplio porcentaje de horas no presenciales (en muchos ca- sos superior al 50%), que son aplicadas a trabajos o prácticas evaluables a de- sarrollar por los alumnos, exposiciones presenciales teóricas y otras modalida- des más originales como “horas de asi- milación” u “horas personales”. Los cen- tros universitarios ahorran en costes, re- cursos y profesorado consiguiendo así, por un lado, cumplir con las exigencias regulatorias y, por otro, un precio de matrícula más competitivo. En línea con lo detallado anterior- mente, llama poderosamente la aten- ción los pocos centros que ofrecen cur- sos de Dirección de Seguridad (exclu- yendo otras titulaciones) cuyo plan de estudios contenga y exija la asistencia presencial de 400 horas de clase para la impartición de las materias recogidas
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