Seguritecnia 393
80 SEGURITECNIA Enero 2013 Artículo Técnico las bisagras, la cerradura, y el bombillo o cilindro y sus llaves. Y al contrario de lo que mucha gente piensa, el más impor- tante de todos ellos, con diferencia, es el bombillo o cilindro exterior y su llave, dado que es la pieza que nos abre la ce- rradura y, precisamente, la que está más expuesta a la manipulación (los pesti- llos, las bisagras y el blindaje están ocul- tos en el interior). Así pues, de nada servirá construir una puerta muy robusta, antipalanca, antibala, antiexplosión… si el bombillo exterior es fácilmente “violable”. Tarda- remos 30 segundos en abrir tan maravi- llosa puerta acorazada. De manera que tenemos ya la pri- mera y más importante diferencia entre una puerta blindada y una acorazada. La primera, con el fin de abaratar cos- tes, instala cilindros menos protegidos, que en la mayoría de los casos pueden abrirse bien con ganzúas (que pueden adquirirse por Internet), bien por tor- sión (partiendo el bombillo), bien con un taladro. Los métodos más usados suelen ser los dos primeros y el tiempo de apertura oscila entre los 30 y los 90 segundos. Estas puer tas tienen el problema añadido de que sus llaves son copia- bles en cualquier establecimiento, con lo que estamos expuestos a que toda persona con acceso puntual a nuestra llave pueda hacerse con una copia en no más de tres minutos. Las acorazadas, al menos las de gama alta (y todas las que fabrica Fichet, que comercializamos en A. Atocha Seguri- dad), montan cerraduras y bombillos ensayados y certificados, que evitan tanto la apertura mediante ganzúas como por técnicas como el bumping , la rotura por torsión o el taladro. Esas cer- tificaciones garantizan también que no es posible efectuar copias de la llave si no es mediante la tarjeta de banda C uántas veces nos hemos en- contrado, y seguimos encon- trándonos hoy en día, los pro- fesionales de la Seguridad con esta pre- gunta: ¿puertas blindadas o acorazadas? Probablemente casi a diario y, alguna vez, nos hemos planteado por qué. La respuesta es muy fácil: porque no hemos sabido explicar con claridad am- bos conceptos. Para empezar, debemos dejar muy claro que estamos hablando de dos productos distintos. Pongo un ejemplo: Pensemos en dos vehículos de trans- porte, el coche y la moto. En principio, ambos nos sirven para desplazarnos, van sobre ruedas, llevan un motor más o menos potente y alcanzan velocida- des similares. Sin embargo, todos so- mos plenamente conscientes de que la seguridad ante un impacto indeseado es totalmente distinta si viajamos en un coche que si lo hacemos en una moto, y las consecuencias, a veces, desafortu- nadamente irreversibles. Dicho esto, uno es libre de decidirse por cualquiera de las opciones –anali- zando primero los pros y los contras–, pero tiene muy claro que si elige com- prarse el coche no irá al concesionario y pedirá “algo más económico” aunque tenga solo dos ruedas. Importancia del bombillo Pasemos a analizar las puertas blinda- das y las acorazadas, con el fin de tener una idea lo más fiel posible de sus gran- des diferencias. Empecemos por la fun- damental, que es la seguridad , ya que esta es sin duda, en el 99 por ciento de los casos, la razón que nos lleva a tomar la decisión de cambiar nuestra puerta. Los elementos que dan la seguridad a un hueco accesible (puerta o ventana) son básicamente cinco: el cerco, la hoja, Juan Crespillo Muñoz / Director comercial de A. Atocha Seguridad Puertas: ¿blindadas o acorazadas? Una puerta blindada consta de una hoja de madera a la que se adhiere una lámina de acero, mientras que la acorazada es una puerta metálica
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