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104 SEGURITECNIA Septiembre 2013 Opinión nal a la altura de las circunstancias que se exigen en la actualidad dentro del mundo de la Seguridad. En este proyecto no cabe la paráli- sis, la complacencia ni la relajación. De- bemos insistir en la colaboración de los organismos públicos y caminar de la mano en la elaboración de proyectos formativos; en la migración hacia la for- mación profesional; en la participación activa hacia el Sistema Educativo Uni- versitario de los Gestores de Seguridad Privada; en la contribución a la mejora de la cualificación docente. Existen diferencias importantes en- tre los distintos actores y organismos de la Seguridad Privada para llevar a cabo este proyecto, pero hay también vo- luntad de colaborar y de trabajar codo con codo dentro del mismo escenario, convirtiéndose esto en una necesidad básica, en una línea de actuación vital de cara al formador y al formado, que será capaz de realizar su labor profesio- nal con unos resultados inmejorables y acordes a su puesto de trabajo. Trasmitir mensajes Como el resto de los humanos, los pro- fesionales de la seguridad privada tam- bién transmitimos mensajes por me- dio de la comunicación no verbal. Una pincelada de la importancia de la co- municación no verbal como estrategia y herramienta de trabajo es la mirada, la expresión, el gesto, el aspecto, el en- torno… La mirada: expertos en saber leer vi- sualmente cualquier variación de los parámetros de las miradas ajenas. La expresión: componente clave para expresar emociones y estados de ánimo. Hemos de ser competentes para inte- raccionar con las personas de los cen- tros donde realizamos nuestro trabajo. Y, en base a las expresiones, ser capaces de prever rechazo, disgusto, ira, rabia... El aspecto: es de vital importancia presentar un aspecto personal acorde con el contexto con el que se interac- túa. No se trata únicamente de vestir el uniforme o el atuendo adecuado, sino también de acompañarse de cualidades como las buenas prácticas de higiene y especial mimo en los modales. Son sólo pequeñas reflexiones acerca de las necesidades existentes en las que debemos hacer especial hincapié a la hora de reconducir la visión de la for- mación en el sector de la Seguridad Pri- vada. Debemos potenciar las capacida- des, las actitudes y ciertos posiciona- mientos frente a hechos que alteran los diferentes devenires de una situación dada en el ejercicio profesional. Los formadores son quiénes instru- yen al personal operativo, siendo los únicos responsables de la preparación del alumnado, no solo para la obten- ción de un diploma sino para enfren- tarse y afrontar cualquier situación de ese devenir que se pueda producir en su ámbito laboral. Con ello garantizarán su propia seguridad y, por extensión, la de los servicios que prestan. Se conjuga entonces la calidad y la experiencia docente, la metodología y la capacidad de comunicación verbal (registro lingüístico) y no verbal (con- junto de elementos y actitudes que acompañan a la comunicación verbal), con la necesidad vital de una estruc- tura académica reglada inherente del encargo profesional que asumirán cada uno de estos profesionales. Será un camino arduo y lleno piedras, pero ningún camino de flores conduce a la gloria. S C on frecuencia pienso que el lenguaje no verbal nos comu- nica mucho más que el ver- bal. En ese aspecto, precisamente, es en el que más se fijó mi atención reciente- mente en un acto de presentación ante los medios del sector de la Seguridad Privada y las autoridades competentes. Llevábamos a cabo la presentación oficial de la Asociación Nacional de Pro- fesores Acreditados de Seguridad Pri- vada (ANPASP). Se dieron cita allí dis- tinguidos profesionales con reconocida experiencia, autoridades, medios y so- cios, que expresaron opiniones, ideas más o menos comunes, criterios discu- tibles; pero todos coincidían en algo, en la necesidad de la mejora formativa para el sector. He comenzado este artículo ha- blando del lenguaje no verbal porque precisamente fue esa fuente de comu- nicación la que me ofreció más pistas acerca de los pensamientos íntimos de los asistentes. Porque es, como buenos formadores, un factor que debemos te- ner en cuenta a la hora de contribuir a la formación de la base de la pirámide que forma el sector de la Seguridad Pri- vada. Es un recurso poco valorado y poco utilizado, pero de una gran efica- cia. Son esos signos los que nos alertan o nos alientan a seguir o no un camino. Desde ANPASP se ha iniciado un ca- mino hacia la mejora formativa apos- tando por una destacada calidad y cua- lidad en la formación de los profesio- nales. Las advertencias sobre el difícil recorrido que espera al proyecto de la nueva asociación se hicieron palpa- bles en ese acto de presentación. Pero, si cabe, ello debe motivarnos aún más para sumar proyectos, aunar criterios y apostar por la capacitación profesio- María Delgado Quintas / Directora de Seguridad Camino por recorrer “Se ha visto morir a personas por haber pisado el agua y el fuego; jamás se ha visto morir a personas por haber pisado el sendero de la virtud” (Proverbio taoísta)

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