seguritecnia 400

7 SEGURITECNIA Septiembre 2013 Editorial “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) E l accidente ferroviario ocurrido este verano en Santiago de Compostela, en el que perdieron la vida 79 personas y 147 resultaron heridas, ha puesto de manifiesto la importancia de evaluar constantemente las medidas de seguri- dad en las infraestructuras públicas. Especialmente cuando de ellas depende la vida de cientos de personas. A pe- sar de que el exceso de velocidad fue determinante en el descarrilamiento del tren que cubría la línea Madrid-Ferrol el pa- sado 24 de julio, el mero hecho consumado demuestra que las medidas de prevención implantadas en ese tramo no eran suficientes para evitar la tragedia en las condiciones en las que se produjo. En esa dirección apunta la instrucción del juez encargado del caso, para quien los procedimientos establecidos fueron in- eficaces. Un mes después del suceso, el Ministerio de Fomento ha reforzado la señalización y revisado la configuración de las balizas para el frenado automático en toda la red, lo que demuestra que existía margen de mejora. Además, se conocen otros sistemas capaces de detener un convoy cuando excede la velocidad permitida, como los instalados en las líneas del AVE. Se puede cuestionar si el accidente hubiera ocurrido o no igualmente con tales medias de emergencia, pero eso significaría po- ner en duda la seguridad de toda la red ferroviaria española. Algo que sería injusto dados los progresos que se han producido en torno a este medio de transporte en nuestro país. Las balizas y los sistemas de alerta sí funcionaron correctamente, pero tal vez no era los apropiados para ese tramo o no estaban configurados de manera adecuada. Por eso esta tragedia no sólo refleja la necesidad de contar con los medios de segu- ridad más desarrollados sino también de implantarlos con criterios acertados. En ese sentido, es necesario elevar el nivel de exigencia de las auditorías a sus más altas co- tas para detectar posibles carencias, e incluso contemplar aquellos supuestos invero- símiles que después se muestran posibles. En el caso del tramo donde se produjo el accidente, el riesgo de distracción del conductor no estaba contemplado, aunque hay otras líneas preparadas incluso para esa posibilidad. Las inspecciones realizadas con anterioridad en los kilómetros precedentes a la curva, o bien no fueron todo lo ambi- ciosas que cabría esperar o bien no se tomaron las decisiones pertinentes. El accidente del Alvia no sólo tiene un impacto social por la inseguridad que sus- cita entre la población sino que también afecta a la imagen de toda red ferroviaria española. Por este motivo, es necesario que se llegue al fondo de los motivos que propiciaron la catástrofe y se depuren todas las responsabilidades como paso im- prescindible para recuperar la confianza nacional e internacional en el sistema español y devolverle la reputación de la que ha gozado en las últimas décadas. En casos como éste, debe imperar también la transparencia durante las investigaciones que se lleven a cabo por una cuestión de justicia para las víctimas y el resto de la ciudadanía. Mención especial merece en este terrible episodio el personal de seguridad privada, principalmente los vigilantes que participaron en las tareas de rescate junto a los vecinos del barrio de Angrois, los equipos de emergencias y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Parece que su labor ha pasado desapercibida, pero estos profesionales ofrecieron la mejor versión de la Seguridad Privada como colaboradora de las autoridades y como un actor al servicio del ciudadano. Su contribución en la catástrofe debería reforzar la imagen de la sociedad hacia el sector. Debería ser un factor más que ayude a recuperar la confianza. S Recuperar la confianza “La tragedia de Santiago no sólo refleja la necesidad de contar con los sistemas más avanzados, sino también de implantarlos de manera apropiada”

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz