Seguritecnia 402
SEGURITECNIA Noviembre 2013 89 Seguridad en Entidades Financieras la colaboración público-privada, que permite adaptarse a las distintas nece- sidades en cada momento. Sin duda, las empresas de seguridad privada y de formación son, junto con la socie- dad, claro está, las grandes beneficiadas por esta ley. Desde el sector financiero, pese a que hemos perdido algunas competencias, la recibimos con opti- mismo y buena predisposición, pero con cautela en cuanto al potencial en- carecimiento de los costes que pudie- ran suponer algunas novedades –como la limitación de algunas funciones de los auxiliares de servicios o la desapa- rición de la figura de los operadores de las centrales receptoras de alarmas, todo ello en pro de los vigilantes de se- guridad–, pues la seguridad es lo pri- mero, sin duda, pero no puede serlo a cualquier coste. En definitiva, se puede hacer mucho por la seguridad, y las entidades finan- cieras lo están haciendo día a día. Po- demos decir que la Administración va por el buen camino, obteniendo nota- bles éxitos en materia legislativa, con unos tiempos muy ajustados. Espera- mos que el desarrollo reglamentario de la ley nos permita seguir participando activamente para poder contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad puedan cumplir de manera eficaz y efi- ciente con el artículo 104 de la Consti- tución Española. S Una seguridad integral como la que se menciona en ocasiones en la futura ley debe hacer frente a la realidad com- pleja en un contexto de ataques masi- vos como los que se producen diaria- mente en la red. No podemos olvidar- nos de la importancia de anticiparnos a estos grupos organizados, de disuadir a los posibles delincuentes que se valen de nuestro afán competidor para sacar- nos los colores con viejas técnicas apli- cadas con nuevas tecnologías. Ello sólo será posible poniendo en valor la coo- peración entre departamentos de Se- guridad, no solamente a través de una comunicación bidireccional con la Ad- ministración, sino nodal, de inteligencia colectiva y con capacidad de reacción coordinada e inmediata por parte de los afectados. Para ello, apelamos ade- más a una reforma del Código Penal en materia de delitos telemáticos e infor- máticos y a la colaboración efectiva de la Agencia Española de Protección de Datos, para que los buenos deseos del Proyecto de Ley de Seguridad Privada se puedan hacer realidad. Es evidente que nos encontramos ante una Ley de Seguridad Privada ra- dicalmente novedosa, mucho más de lo que podría atisbarse de una primera lectura; que responde a las necesidades actuales socio económicas, superando la natural obsolescencia de la vigente Ley, dotándola de un marco absoluta- mente profesional y flexible mediante hasta que se produzca la inspección y autorización por parte de la Administra- ción, lo que para un sector como el fi- nanciero podría suponer la agilización en la apertura de nuevas sucursales (Ar- tículo 35.c y 36.4). Cuando se publicó la vigente Ley de Seguridad Privada, las sucursales ban- carias eran recintos ‘bunquerizados’, que contrastan con las actuales oficinas abiertas, confortables, cercanas, lo que no sólo ha mejorado la comunicación con el cliente y las condiciones de los trabajadores de la entidad, sino que a la vez ha disminuido el número de inci- dentes. También se han optimizado las inversiones en sistemas, personal y or- ganización de la seguridad, si bien en la actualidad este modelo ya está siendo superado por una nueva realidad, la ofi- cina virtual. La Red Este sencillo ejemplo gráfico de evolu- ción que todos conocemos sirve para demostrar que la ley de 1992 precisaba de un reemplazo. Pero viendo está evo- lución, y sabiendo que los primeros in- teresados en la prevención del delito contra su patrimonio, su personal y su imagen corporativa son la propias en- tidades financieras, nos preguntamos si esta nueva ley será herramienta sufi- ciente para proteger las oficinas del fu- turo, que cada vez más se alejan del lugar físico y se encuentran omnipre- sentes en la red. Actualmente está cre- ciendo el número de delitos y ataques por medios telemáticos y, sin embargo, la ley, aunque empieza a regular en parte algunas cuestiones, como cen- sar a las empresas prestadoras de ser- vicios de seguridad informática, deja la- gunas en esta materia. No obstante, no nos cabe duda de que alguien habrá pensado en ello mediante la frase atri- buida al conde de Romanones: “¡Qué ellos hagan las leyes y me dejen a mí hacer los reglamentos!”, pues el Ministe- rio del Interior dio muestras de maestría con la vigente ley, permitiéndola evolu- cionar a la par que los tiempos en cues- tiones ni siquiera soñadas por el legisla- dor en 1992.
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