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42 SEGURITECNIA Febrero 2014 A l hilo de la celebración de SICUR 2014 quiero eviden- ciar que la Seguridad Privada debe aprovechar el actual momento de profundos cambios que vive, ya sean normativos, de exigencia y necesidad de los usuarios o de la reordenación de las empresas en este largo periodo de crisis, que ya apunta a su final. En estas circunstancias, el sector en general (administraciones con compe- tencia en Seguridad Privada, usuarios- consumidores y empresas prestatarias de dichos servicios y sistemas) ha de re- inventarse, olvidando antiguos hábitos y tabúes, reconduciéndose hacia pará- metros de modernidad, eficiencia, ren- tabilidad y calidad. A las administraciones, instarlas a que se conciencien que les corresponde ser atrevidas y no conformarse con remo- delaciones, de mayor o menor calado, de la actual normativa. Toca olvidarse de ellas y partir de cero en sus nuevos planteamientos. Tan sólo así se podrá alinear la nor- mativa a las necesidades reales del sec- tor, que se asimilan en mucho, a su vez, a las de la seguridad, en general y sin calificativos de “pública” o “privada”, del conjunto de los ciudadanos. La sociedad ha evolucionado sobre- manera en los últimos 20 años y la nor- mativa no puede ser un adaptación de la existente hace dos décadas, cuando todos coincidimos en que ha quedado obsoleta en muchos de sus plantea- mientos y contenidos. Rompan con el dicho popular de que la legislación siempre va por detrás de las necesida- des reales de la sociedad a la que regula y contemplen todas las prestaciones en las que la seguridad privada puede complementar a la pública. Sin duda se- rán muchas más de las que se recogen en el Proyecto de Ley de Seguridad Pri- vada y de las que se intuyen en su re- glamento de desarrollo. A los usuarios, instarlos también a no limitarse en lo referente a la cober- tura de sus necesidades en seguridad, a cumplir con lo que les marquen las di- versas normativas que les afecten y que vean el valor añadido que les puede ofrecer una Dirección de Seguridad competente, bien formada, dotada de los medios humanos y materiales nece- sarios y que, además, se encuentre co- rrectamente ubicada en el organigrama empresarial para que goce de la autori- dad precisa para el mejor desarrollo de sus importantes funciones y objetivos. Los resultados, sin duda, redundarán en su cuenta de resultados y su repu- tación, compensando con creces el es- fuerzo inversor y organizativo realizado. A las empresas de seguridad, igual- mente, pedirles atrevimiento en sus propuestas al mercado. La profesio- nalidad e imaginación que habrían de acompañar sus prestaciones provoca- rán, sin duda, que administraciones y usuarios vean con otras perspectivas sus ofertas, alineadas con las necesida- des del momento. Esas propuestas han de estar también adaptadas a los ries- gos reales de cada actividad y, sobre todo, han de buscar la complementa- riedad de la Seguridad Pública, bajo su dependencia y control, logrando de- sarrollar cada vez mayores actividades de las que hasta ahora parecen materia exclusiva de las autoridades policiales. Esto último, a mi entender, está erró- neamente planteado por no atender a los parámetros de eficiencia y por no tratarse de necesidades exclusivamente de prestación por integrantes de las po- licías existentes en nuestro país. A SICUR, finalmente, también pedirle que se reinvente, que procure no ser un calco de sus anteriores ediciones y que se haga más atractiva, asequible y amena para todos: administraciones, usuarios y empresas. La caída de ex- positores de las últimas ediciones, cu- riosamente no alineada con el incre- mento de visitantes, así parece exigirlo para evitar que cada vez se vaya mini- mizando su oferta y atractivos, circuns- tancias que en absoluto puede permi- tirse nuestro sector. La tarea no parece fácil para nin- guno de los cuatro actores que he enumerado, pero tan sólo los atrevi- dos logran cambiar y mejorar los sec- tores a los que se dedican. El nuestro, sin duda, bien merece de esta valen- tía y amplitud de miras para mejorar su objetivo común: colaborar con la Se- guridad Pública en la minimización de incidentes y en lograr mayores índices de seguridad global. El inmovilismo no lleva más que a di- ficultar el progreso. Hemos de apren- der de la historia y ver cómo determina- dos aspectos o regulaciones que hace un tiempo parecían de exclusiva presta- ción por parte del personal adscrito a la Administración (policía o funcionarios) se han ido derivando hacia la prestación por parte de actores privados, debida- mente regulados y controlados, sin que haya mermado ningún derecho ciuda- dano y sí habiéndose ganado en eficien- cia y calidad en su desarrollo. S Aprovechar el momento Eduard Zamora Presidente de la Asociación de Directivos de Seguridad Integral (ADSI) www.sicur.ifema.es LINEA FAX LLAMAD INTERNA sicur@ife EXPO LLAMAD INFO
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