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76 SEGURITECNIA Noviembre 2014 II I S eguridad P rivada C ongreso N acional de COMITÉ ORGANIZADOR ¿Porque nos quitan el trabajo? El negocio de los guardas rurales es muy fácil. Obtie- nes la habilitación, te compras un uniforme, un co- che y te das de alta como autónomo. Después, con- tratas cuatro o seis cotos, les haces una iguala anual que cubra las amortizaciones, los gastos, un suelde- cito y ya está. Si el guarda es bueno, enseguida hará migas con compañeros de la zona para hacer turnos noctur- nos o rondas en pareja, intercambiar información y esas cosas de la operativa que tan bien resultan. Ade- más, si es cumplidor, pronto tendrá en su comarca un nombrecillo, una reputación. Seguro que durante su vigilia habrá tenido que identificar a tal o cual propie- tario que iba a vigilar lo suyo a deshora. Como una cosa lleva a la otra, seguro que en poco tiempo, por indicación del dueño –que lo ve de ocho a diez horas casi todos los días del año–, está ha- ciendo el acuda si hay alarma, videovigilancia o un pequeño servicio discontinuo, o todo ello a la vez, pues lo único que hace el guarda es hinchar su factu- ración y sus horas en la demarcación ofreciendo algo que nadie puede dar, muchas horas de presencia en la zona a precio de saldo, obteniendo una buena ren- tabilidad. Es posible que para facturar los 30 o 40 mil euros para su patrulla tenga que realizar treinta facturas al mes, las de sus clientes, atender quejas, participar en su actividad y ser, en muchas ocasiones, el único en atender los momentos más duros. Tal vez ésta es la cuestión por la que algo tan impersonal como una empresa no ve –y seguramente no saque– rentabili- dad a este oficio. Con la nueva Ley de Seguridad Privada y su artículo 38.6, el autónomo va a perder todos estos “flecos” de seguridad rural, el 25 por ciento de su facturación, puede que más de la mitad de su sueldo, sin mediar explicación, y desde luego la empresa de seguridad como ya ha demostrado no será receptiva a servicios tan lejanos, con tanta inversión y posibles problemas por tan mísera facturación. De las últimas reuniones con la Guardia Civil parece desprenderse que esto es lo que, si alguien no lo en- dereza, nos tienen prometido en el Reglamento. Raúl Beltrán Presidente del GUARDERIO Empresa y trabajadores en el sector de la Seguridad Privada Al margen de las normas que nos rigen para el sector, incluidos los convenios que amparan las relaciones laborales y todos aquellos legítimamente reconocidos y que permiten regular nuestras actividades, te- nemos dos partes que no podrían existir la una sin la otra. Y, además, sin ellas nada de esto tendría sentido. Como bien sabemos un trabajador de se- guridad privada no puede realizar su activi- dad sin una empresa, pero tampoco es po- sible una empresa que no tenga personal de seguridad privada. El recorrido que ha hecho el sector de la Seguridad Privada en estos últimos años le ha permitido evolucionar y hacerse un ca- mino. Tanto la empresa como los trabaja- dores han comprendido que el verdadero valor de ambos esta en saber conjugar la optimización de beneficios, que tienen un limite y su razón de ser, con la optimiza- ción de finalidades, por las cuales hace- mos lo que hacemos. La suma de ambos es la motivación de el porqué nos movemos, sin ese motor nada ni nadie nos llevara ha- cia delante. Compartir terreno Los beneficios nos han traído hasta aquí. Ahora debemos compartir terreno con las finalidades para elaborar un futuro me- jor, ya que entonces habremos entendido algo mas. Cuando sepamos que esa finalidad es más grande que nosotros y que nos supera ,habremos dado con la receta que nos lle- vará a los tiempos de rejuvenecer la em- presa, fortalecer al trabajador y, porque no, de hacer un mundo mejor. Cambiemos el viejo paradigma y que todo el trabajo que queda por hacer pase por el filtro de este espíritu. Hagamos to- dos las cosas bien. José Manuel López Presidente de FES
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