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SEGURITECNIA Junio 2015 35 Seguridad Integral Inteligencia corporativa Como contramedida, las distintas com- pañías se han dotado de nuevos meca- nismos tecnológicos de defensa, mu- chos de ellos resultado de un evento previo de fraude y tendentes a evitar la réplica de los mismos o a facilitar su identificación temprana al objeto de mi- tigar los riesgos y minimizar daños. No obstante, dado que la comisión de un fraude es el resultado de una deci- sión humana, en muchos casos, de natu- raleza muy compleja, basada en la exis- tencia de una motivación por la persona que lo comete, en la existencia de una oportunidad para la comisión del fraude y en la inexistencia de una acción coer- citiva o penalizadora suficientemente mayor que el beneficio obtenido por el defraudador. En este sentido, para establecer no sólo mecanismos reactivos y de miti- gación sino también de prevención, se hace necesaria la intervención del fac- tor humano en la gestión del citado riesgo, ya que su experiencia adqui- rida en una diversidad de campos y el entendimiento por parte de éste de la transversalidad de muchos factores intervinientes en el proceso de gene- ración del fraude de que se trate, así como su capacidad de discriminación de aquella información que es útil al caso y el contexto en el que todos estos elementos se interrelacionan. En definitiva, en el ámbito empre- sarial (también en el gubernamental) se hace necesaria la aplicación de lo que se ha venido denominando pro- cesos de inteligencia corporativa o cor- porate intelligence (también business intelligence ). Es decir, todo un cuerpo doctrinal asociado a la inteligencia em- presarial, económica y competitiva, que aunque sin un consenso sobre su con- tenido preciso, ha permitido a los dis- tintos gestores de las organizaciones hacer un uso más adecuado de la in- formación, transformando dicha infor- mación en conocimiento y el conoci- miento en inteligencia para la conse- cución de un mayor logro en la gestión de riesgos dentro de las organizaciones. También en la mitigación del riesgo de fraude, así como en la optimización de oportunidades de negocio y nuevos desarrollos estratégicos. Teniendo en consideración lo an- terior, la aplicación de la inteligencia económica a la gestión del riesgo de fraude debe estar centrada en el estu- dio y análisis del comportamiento hu- mano, siendo éste el factor crítico y fun- damental de dicha gestión. No debemos olvidar que el fraude sólo lo comenten las personas físicas, aun cuando en la legislación actual de distintos países se pueda también reco- nocer y atribuir el delito de fraude a las personas jurídicas. Sin embargo, otros factores globales como son el entorno geográfico, la tipología de productos/ servicios que se estén comercializando y los procesos asociados a la produc- ción de los mismos, son también ele- mentos esenciales en los que debe apli- carse inteligencia económica al objeto de una gestión integral del riesgo de fraude, si bien, todos ellos condiciona- dos por la cultura como factor de co- nexión de los mismos. Es decir, los di- versos aspectos socio-culturales que ro- dean el entorno en el que se desarrolla la actividad empresarial, los cuales, per- miten explicar en gran medida la tipo- logía de procesos que se han seleccio- nado para generar un producto o un servicio, el lugar en el que se producen y comercializan y, el comportamiento de las personas asociado a ese proceso productivo o de prestación de servicios. Finalmente, conviene recordar que aunque los avances tecnológicos pue- den permitirnos cada vez en más au- tomatizar gran parte de los procesos de localización, captación, tratamiento y análisis de la información necesarios para dicha gestión, no debemos olvi- dar que la tecnología es un mecanismo para lograr un fin, pero no es un fin en sí misma, siendo el factor humano el elemento clave en la gestión adecuada del riesgo de fraude. Es por ello que las organizaciones deberán dotarse de ex- pertos, ya sean internos o externos, que les asesoren debidamente en su ges- tión mediante la aplicación de técnicas de inteligencia empresarial. S El mal uso de las tecnologías ha permitido actividades que son una amenaza para los intereses de las empresas, los gobiernos y los ciudadanos