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SEGURITECNIA Enero 2016 63 Prevención de Riesgos Laborales 60,6%, y desde 1995 hasta el 2001 sufrió un incremento continuo, mientras que desde el 2001 ha ido descendiendo año tras año, hasta alcanzar en 2014 el ín- dice de incidencia de 30,5%. A lo largo de estos años, la situación ha mejorado ostensiblemente, ya que hemos pa- sado de 637.301 accidentes de trabajo con baja en 1995 y aproximadamente 1.000.000 en el año 2000, a 417.377 en el año 2014, y de 1.338 accidentes labora- les mortales en el año 1995 a 454 en el año 2014. No obstante, a pesar de estas cifras, la realidad muestra un lado menos posi- tivo. No podemos cerrar los ojos a esta realidad social, y ello nos obliga con- secuentemente a relativizar esas lectu- ras positivas y, por ello, a mantener por parte de todos los sujetos comprome- tidos con la prevención de riesgos labo- rales una actitud vigilante y activa que, lejos de bajar la guardia, aspire a man- tener el paradigma de tolerancia cero frente a lo que sigue siendo, lamenta- blemente, una lacra social para, en pri- mer lugar, los trabajadores, que sufren directamente los accidentes, pero tam- bién para las empresas cumplidoras, que tienen que asumir y sufragar co- lectivamente unos sobrecostes deriva- dos de las malas prácticas de las incum- plidoras. Decálogo Se hace, por ello, necesario adoptar me- didas en relación con una serie de cues- tiones en las que existe notable con- senso en su consideración como pro- blemas todavía no resueltos en materia de prevención de riesgos laborales. El si- guiente decálogo trata de resumir los re- tos pendientes más significados en esta materia: 1º. Eliminar la cultura “cosmética” de la prevención. La burocratización del sistema preventivo va en detrimento de una eficiente implantación del mismo y la constancia documental no garantiza su eficacia. 2º. Resulta necesaria la racionalización del sector de la prevención. 3º. Se hace preciso abordar los riesgos emergentes. La aparición de nuevos materiales, como es el caso de las na- nopartículas, supone un reto a la hora de realizar las evaluaciones de ries- gos y aplicar medidas de prevención y control, dadas las lagunas de cono- cimiento aún existentes. 4º. Es necesario analizar tanto desde el campo de los riesgos emergentes, como desde la vigilancia de la salud, la problemática laboral-sanitaria deri- vada del consumo de drogas y el tra- tamiento que está recibiendo actual- mente en dichos ámbitos. 5º. Es preciso seguir desarrollando la cultura de la formación en materia preventiva. 6º. Es recomendable repensar los colec- tivos que quedan encuadrados den- tro de la calificación de trabajadores vulnerables. 7º. Es ineludible atender los efectos so- bre la prevención de riesgos de la descentralización productiva y las pymes. Resulta necesario, también, analizar el hecho de que los trabaja- dores autónomos no suelen alimen- tar las estadísticas de siniestralidad. 8º. Resulta oportuno prestar especial atención a los efectos de la “resurrec- ción” del sector de la construcción y sus efectos sobre los riesgos labora- les. La implantación generalizada de un Libro Electrónico de Subcontrata- ción facilitaría el control en este ám- bito. 9º. La figura del técnico de prevención debe revitalizarse. Los prevencionis- tas son la pieza clave del engranaje de la LPRL. 10º. Resulta forzoso fortalecer el com- promiso de todas las instituciones públicas con el cumplimiento efec- tivo de la normativa en materia de prevención de riesgos laborales. Veinte años han pasado y mucho es el camino que queda todavía por reco- rrer. Es necesario seguir construyendo una “cultura real de la prevención” más proactiva y comprometida. Se hace, por ello, necesario huir de una visión prag- mática y puramente formal de la tutela de los riesgos laborales, para avanzar en la consecución de una sociedad cons- ciente de que solo podrá calificarse de decente si consigue una rebaja perma- nente del número de accidentes y en- fermedades profesionales. El compro- miso es de todos y debe consolidarse día a día. S La PRL ha pasado de disciplina desconocida y reservada a especialistas, a consolidarse como un aspecto fundamental de las relaciones laborales

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