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224 SEGURITECNIA Febrero 2016 E n 1.900 sólo el 13% de la pobla- ción mundial vivía en ciuda- des. En 2050 se prevé que ese número aumente hasta un 70% (se- ría el equivalente a añadir 7 ciudades como Nueva York al planeta cada año). Sin duda, este ritmo de urbanización sin precedentes es un auténtico logro para el progreso económico y social del planeta. Sin embargo, como todos sabemos, las ciudades no son ni mu- cho menos organizaciones perfectas y cada día los ciudadanos ‘sufrimos’ su complejidad e, incluso, ineficacia. Esta complejidad se deriva de que la ciudad es un grandísimo sistema cuyo funcionamiento depende a su vez de seis subsistemas esenciales que tra- bajan de forma sinérgica: personas, empresas, transporte, comunicacio- nes, agua y energía. A su vez, el buen funcionamiento de estos subsistemas afronta serios retos y problemas. Por ejemplo: los sistemas sanitarios afron- tan en los países maduros el reto del envejecimiento de la población o los movimientos migratorios en un con- texto de reducción de gasto público. Los sistemas energéticos cuentan con recursos limitados, están expuestos a la posibilidad de fraude y son inefi- cientes (a diario se pierde suficiente energía en el mundo como para abas- tecer a India, Alemania y Canadá du- rante un año). Los sistemas de trans- porte son costosos y no logran solu- cionar el problema del tráfico (el coste de los atascos en los países desarrolla- dos asciende a entre el 1% y el 3% del PIB), etc. Sin embargo, hay tres factores que están dotando a las ciudades de una capacidad tecnológica sin preceden- tes y, por lo tanto, de la posibilidad de generar sinergias y funcionar de forma más eficaz y eficiente. Estos tres facto- res son: la proliferación de la Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en in- glés), que hace que cualquier objeto pueda conectarse a la red y enviar da- tos a un sistema central (por ejemplo, los contadores inteligentes de electri- cidad o sensores en las infraestructu- ras). Luego está la expansión de las re- des de comunicación, como las redes móviles, fibra óptica y wifi, que facili- tan la conexión entre los datos. Y, por último, las nuevas tecnologías de ex- plotación y análisis de datos que, com- binadas con los potentes sistemas de computación con los que ya conta- mos, hacen aflorar el conocimiento que hay detrás de los datos que ge- nera la Internet de las Cosas . Este con- junto de tecnologías es capaz, por ejemplo, de crear simulaciones de los flujos del tráfico con múltiples varia- bles y dar respuesta en tiempo real, como por ejemplo sugerir un cambio en el precio en los peajes, etc. A partir de estas simulaciones, los gestores de las ciudades pueden también tomar decisiones más acertadas para planifi- car los recursos a largo plazo. La combinación de estas tecnologías permite que se genere un valiosísimo conocimiento con el que identificar las ineficiencias de los sistemas que con- forman la ciudad y, en consecuencia, hacer las transformaciones necesarias. El resultado es que la ciudad progresa y mejora económica y socialmente. El papel del móvil El desarrollo de la movilidad está supo- niendo una revolución en nuestras vi- das comparable a la que originó la lle- gada de Internet en los años noventa. Hoy en día, la mayoría de nosotros dis- ponemos de un teléfono inteligente Joan Ramón Mallart Director de soluciones de movilidad de IBM España, Portugal, Grecia e Israel La tecnología móvil, impulso de la ciudad « inteligente » Ciudades Inteligentes
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