seguritecnia 428

58 SEGURITECNIA Febrero 2016 N o existe ninguna duda de que las situaciones siempre pueden ir a peor, pero hay que recono- cer que 2016 ha comenzado muy mal y ha trun- cado las esperanzas de muchos que pensaban que está- bamos al principio del final. De momento, los mercados financieros iniciaron el ejercicio con los peores registros desde hacía mucho tiempo y el consenso de los analistas no es positivo como tampoco lo es la tendencia. Son muchos los factores que se derivan del actual en- torno de turbulencia, incertidumbre y volatilidad, y todos pueden tener un importante impacto sobre nuestro sec- tor, no solo en términos económicos sino también legis- lativos. El primero, a nivel nacional, donde los resultados de las elecciones del 20D (20 de diciembre) no han con- cluido con ningún ganador con posibilidad de gobernar en solitario y es necesaria una alianza que parece extre- madamente compleja de tejer, lo que constituye un mul- tiplicador de riesgo e inestabilidad. A nivel internacional la situación es todavía menos tranquilizadora. Los conflictos y las tensiones geopolí- ticas en Oriente Medio, en Asia, en Latinoamérica, etc.; combinadas con la ralentización de las economías emer- gentes y unidas a la deteriorada situación financiera de- rivada de la drástica caída de los precios del petróleo, han formado un peligroso circulo vicioso. Y una de sus víctimas están siendo, precisamente, las empresas es- pañolas y sus operaciones en el exterior, y es muy pro- bable que esta circunstancia esté afectando a sus nive- les de seguridad. El deber de protección cuesta dinero. Quienes sonríen en exceso ante los fuertes descensos del petróleo parecen olvidar que algunos de los países productores son precisamente los principales clientes de las empresas españolas en el exterior: Arabia Saudí y otros países árabes, México, Brasil, etc. Por otro lado, este entorno de confusión política y recesión económica es el campo de cultivo ideal para los movimientos populis- tas y/o terroristas. Asuntos de interés Considerando todo lo anterior, hay tres asuntos de inte- rés que quizás pudieran ser destacados sobre otros cara al 2016. El primero sería la necesaria estabilidad política para continuar con muchos proyectos en marcha; entre ellos el del Reglamento de Seguridad Privada derivado de la Ley 5/2014, cuyo retraso podría ser muy perjudicial. No considero su modificación sustancial o incluso replantea- miento. El segundo está relacionado con el contenido del pro- pio reglamento. La seguridad, en su interpretación más integral y convergente, se ha convertido (o debería ha- berlo hecho) en un elemento nuclear en la estrategia de las organizaciones privadas y también públicas y, por lo tanto, se encuentra en una situación de relevancia nunca vista hasta ahora en España, aunque sí en otros países de su entorno. Esta es una oportunidad única que no se puede desaprovechar, ni quedándose corto ni pasándose de largo, con excesivas imposiciones, limitaciones o movi- mientos dirigidos sobre intereses particulares. No son un secreto los deseos de imponer la obligatoriedad de algu- nos colectivos como garantía de oferta y estabilidad labo- ral, contrarios, en cierta medida, a la meritocracia, ni tam- poco los posibles movimientos de otros para operar con ventaja. Y en concreto me refiero a la figura del director de Seguridad, sea grado o postgrado, o ambos combina- dos, sus misiones y responsabilidades, y a la formación y educación reglada necesarias para ejercer la profesión. Y esto requiere, entre otras cosas, un extraordinario ejerci- cio de objetividad. El tercero, y no por ello menos importante, es el retorno a una cierta estabilidad en los mercados internacionales. Si a las adversas condiciones de seguridad en los países con entornos complejos, añadimos ahora la cancelación, suspensión o reducción de oportunidades de negocio para las empresas españolas, lo vamos a pasar mal fuera y dentro. Y en tiempos de contracción o stress financiero los recortes son la herramienta de gestión preferida y más sobre aquellas funciones cuya efectividad es dudosa (en muchos casos por la ausencia de métricas) o sus profe- sionales opacos para el entorno organizacional moderno. Otro circulo virtuoso; cuando mayor es la necesidad de protección, menos recursos se dedican. Espero que no estemos todavía al final del principio. S Es difícil ponerse largo Juan Muñoz CPP CSMP CSyP Presidente de ASIS España

RkJQdWJsaXNoZXIy MTI4MzQz