Seguritecnia 445

SEGURITECNIA Septiembre 2017 87 Artículo Técnico Diseñar e instalar sistemas sencillos y fiables. Cuando los sistemas de PCI fa- llan, lo hacen probablemente en el peor momento posible. Es preferible simplifi- car la actuación de los sistemas de PCI. Por ejemplo, no tiene sentido confiar el cierre de una compuerta cortafuegos a la aplicación de energía eléctrica; es mu- cho más sencillo diseñar el sistema de forma que cuando falle la energía se cie- rre automáticamente. En cuanto a la po- sibilidad del fallo humano, si hay una vál- vula importante que puede quedar ce- rrada por error y evitar el paso del agua a los sistemas, tómense medidas para evitar que esto ocurra (supervisión eléc- trica, por ejemplo). Si una bomba de in- cendios puede ser dejada en modo ma- nual por error, evítese esta situación pro- vocando una señal técnica en la central de incendios cuando la bomba esté en modo manual. Mantenimiento. Partiendo de la base de que un mantenimiento incorrecto in- utiliza un sistema, el instalador deber te- ner en cuenta que los equipos que va a dejar instalados y funcionando tienen que ser revisados periódicamente y re- parados en caso necesario. Como ejemplos de situaciones a evitar tenemos los detectores automáticos que se instalan sobre falso techo no practi- cable, las válvulas de sectorización que son instaladas a alturas inalcanzables; re- des de distribución de agua e hidrantes sin válvulas de sectorización y que, por tanto, inutilizan todo el sistema ante la más pequeña avería; bombas contra in- cendios instaladas en recintos que se- rán inundados en las primeras lluvias o sin ventilación suficiente; puntos de prueba de rociadores que quedan ocul- tos en zonas inaccesibles; sistemas de ex- tinción mediante gas sin bloqueo mecá- nico para labores de mantenimiento, etc. Puesta en marcha o verificación real de funcionamiento. Dado que la ma- yor parte de las veces el sistema de PCI no se activará, la única forma de saber que los sistemas funcionarán correc- tamente es verificar periódicamente la operativa de los mismos. Al igual que un mantenimiento mal hecho acaba con la eficacia del sistema, una puesta en marcha poco exhaustiva puede de- jar un buen sistema en muy malas con- diciones de funcionamiento real. Es necesario verificar especialmente: Los grupos de bombeo, cuyas pres- taciones y accionamiento se deben comprobar completamente por ser el corazón de todos los sistemas de ex- tinción por agua. Los sistemas de extinción mediante gases. Estos sistemas son difíciles de probar en condiciones reales, pero sí es posible, al menos, efectuar to- das las pruebas funcionales y de se- guridad que garanticen que el sis- tema está listo para funcionar cuando tenga que hacerlo. Asimismo, la auto- matización del funcionamiento de es- tos sistemas puede ser relativamente compleja, en especial cuando existen válvulas direccionales, por lo que se debe verificar que todas las condicio- nes y protocolos de funcionamiento (con sus retardos, alarmas, seguridad de las personas, etc.) funcionan tal como se diseñaron. Los sistemas de espuma suelen ser también objeto de puestas en marcha no del todo correctas. Por ejemplo, es difícil saber si el sistema va a lanzar es- puma en cantidad y concentración su- ficiente si la comprobación se limita a los cálculos teóricos. Se debe garanti- zar, realmente, que obtenemos el pro- ducto que requiere el incendio para ser apagado. La idea central es que los sistemas de PCI deben ser fiables, y ello se consi- gue con su correcto diseño y montaje, su mantenimiento, y por supuesto la ins- pección y el control de las instalaciones. Cómo conseguirlo Desde TECNIFUEGO-AESPI creemos in- dispensable promover estas premisas desde diferentes ámbitos: La formación, como principal elemento para mejorar la cualificación y calidad de las ingenierías e instaladores. Tam- bién apuntando a clientes finales, para los cuales la información significa habi- tualmente un punto de inflexión de su opinión sobre los sistemas. Una mayor vinculación desde las fases iniciales del proyecto entre el cliente final, la ingeniería, el instalador y las compañías de seguros es casi siempre garantía de un autocontrol entre par- tes, lo que genera en la mayoría de los casos un mejor resultado final. Inspecciones periódicas. El nuevo RIPCI exige estas inspecciones periódicas, dependiendo de los años de la instala- ción. La propiedad está obligada a rea- lizar revisiones trimestrales de los apa- ratos, equipos y sistemas. Y lo debe hacer constar en acta (siguiendo la norma UNE 23580 Seguridad contra in- cendios. Actas para la revisión de las ins- talaciones y equipos de protección contra incendios. Inspección técnica para man- tenimiento ). Dichas actas deben ir fir- madas por la propiedad y el mante- nedor. Por su parte, el Reglamento de Seguridad contra Incendios en Esta- blecimientos Industriales establece la posibilidad de que el Estado delegue las funciones de inspección y control en organismos certificados a tal efecto. En dicho reglamento se establecen las condiciones y plazos necesarios para la inspección de las instalaciones en fun- ción del riesgo. Formación, concienciación, cumpli- miento legislativo e inspección son los pilares para la mejora sectorial. Desde TECNIFUEGO-AESPI apoyaremos todos los procesos e iniciativas encaminados a ello. S El RIPCI exige a las empresas instaladoras y mantenedoras que dispongan de un técnico contratado y un sistema de gestión de la calidad

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