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110 SEGURITECNIA Noviembre 2017 ARTÍCULO TÉCNICO Protección de Infraestructuras Críticas y Estratégicas S i te lo cuento, tendría que ma- tarte… ¡Cuántas veces hemos oído esta frase en boca de personajes de películas de espías o, incluso, en alguna entrevista al pro- pio presidente de EEUU! A pesar de la connotación, normalmente jocosa, que suele dársele, estas pocas pala- bras encierran toda una filosofía en la que se entremezclan la necesidad de compartir con la de conocer; y am- bas, a su vez, con la de proteger nues- tro bien más preciado: la información. Más allá del glamur de Hollywood o de la dura realidad que supone la la- bor de los hombres y las mujeres que trabajan en los servicios de inteligen- cia de todo el mundo, este contro- vertido tema ha bajado casi de golpe hasta el mismo corazón de los morta- les. La designación de muchas empre- sas y entidades públicas como opera- dor crítico ha supuesto que caiga so- bre ellas todo el peso de la ley en lo que a materia de “información clasi- ficada” se refiere. Ahora podríamos cambiar la frase inicial por otra que sentencie: “si lo cuentas, tendrás que matarte…”. Tal vez nos hemos puesto dema- siado serios y puede que la cosa no sea tan grave como parece sonar. Lo cierto es que con un poco de cono- cimiento, algo de responsabilidad y bastante buena voluntad podremos manejar este asunto tal y como la ley, nuestra responsabilidad empresarial o el mismo patriotismo nos requie- ren. Así que vamos a plantear algunos conceptos y trataremos de encontrar respuestas a ciertas dudas que nos podrían surgir. Clasificaciones oficiales Antes de empezar, un tema que hay que dejar claro es el de la realidad de las clasificaciones. No debemos confundir la clasificación “oficial” con la particu- lar que cada persona o empresa desee poner en cualquiera de sus documen- tos. Esto es algo más serio. La clasifica- ción que determina el Estado afecta a todos los ciudadanos obligados a cum- plir las leyes y normativas en vigor. Sin embargo, en las empresas cada uno es muy libre de poner la clasificación de “confidencial”, “secreto” o “secretísimo” en cualquiera de sus documentos. Pero debe quedar claro que esa clasificación, y las obligaciones inherentes a ella, solo afectan a las personas o los emplea- dos sobre quienes se pueda ejercer el mando y control, no afectando al resto de la gente. Por ello, aunque queda muy bien po- ner el sello con las clasificaciones ofi- ciales, cada vez es más común que se utilice, a nivel nacional e internacional, la clasificación “informal” del llamado “protocolo del semáforo”, usando como niveles de clasificación los colores del Enrique Polanco González Consultor de Seguridad Global e Inteligencia. Socio director de Global Technology 4E Los ‘secretos’ de la protección de las infraestructuras críticas No debemos confundir la clasificación “oficial” con la particular que cada persona o empresa quiera poner en sus documentos

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