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7 SEGURITECNIA Julio-Agosto 2018 Editorial “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) L os incendios forestales son una preocupación de primer orden cada verano. La Estrategia de Segu- ridad Nacional contempla entre los desafíos de nuestro país los efectos derivados del cambio climá- tico, entre los cuales el más palpable es el aumento de las temperaturas. El incremento térmico, unido a las características de la vegetación española y al descenso de las precipitaciones –todo ello relacionado tam- bién con el cambio del medioambiente–, propicia la propagación del fuego en los bosques españoles. Pero, sobre todo, es la acción del ser humano, ya sea involuntaria o intencionadamente, la que pone en riesgo año tras año tanto a la fauna y flora españolas como a las personas que habitan en zonas rurales o boscosas. Por todo ello, los incendios requieren la consideración de asunto de seguridad nacional con una respuesta una res- puesta estatal de calado para evitar veranos trágicos como el del año pasado. La Comisión Europea aseguró en octubre de 2017 que España cuenta con “el mejor sistema” y “la mayor capacidad” para hacer frente a los incendios forestales. Sin embargo, el año pasado fue el segundo peor de la década en la lucha contra el fuego con al me- nos seis víctimas mortales (el peor en el último lustro en este sen- tido) y más de 178.000 hectáreas de bosque arrasadas por las lla- mas. Es decir que, a pesar del reconocimiento, la estrategia debe continuar avanzando para evitar que el número de siniestros y de hectáreas quemadas fluctúe de un año para otro sin conseguir mantener una tendencia a la baja permanente. Esa responsabili- dad debe ser asumida también por la sociedad en su conjunto, evi- tando comportamientos imprudentes, a la vez que ha de aumentar la presión policial y judicial sobre quienes atentan contra el campo. El dispositivo español para este verano cuenta en total, incluyendo los medios de las comunidades autónomas, con 261 medios aéreos y más de 40.000 profesionales, a quienes hay que agradecer su la- bor y desear un verano tranquilo. Pero la lucha contra el fuego no debe ser exclusiva del campo. Merece también la máxima atención la nece- sidad de contar con instalaciones de protección contra incendios adecuadas en las empresas y en las viviendas. El nuevo Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios trata de solucionar esta cuestión en el primer caso con mayores y más exigentes requisitos, pero habrá que comprobar si la Administración tiene la capacidad suficiente como para llevar a cabo todas las inspecciones. En cuanto a las viviendas, la concien- ciación ciudadana juega un papel fundamental para conseguir reducir la trágica cifra de unas 150 personas fallecidas al año de media en la última década por esta causa (según datos de Tecnifuego). Elementos tan ase- quibles como un extintor o un detector de humos contribuyen a salvar vidas; de ahí la necesidad de llevar a cabo una campaña nacional de prevención contra incendios en los hogares, como viene demandando Tecni- fuego. El Gobierno debe liderar esta iniciativa, con la colaboración del sector, para reducir esa cifra de víctimas y promover viviendas más seguras. S Incendios forestales: cuestión de seguridad nacional La estrategia contra los incendios forestales debe continuar avanzando para evitar que el número de siniestros y hectáreas quemadas fluctúe de un año para otro sin conseguir mantener una tendencia a la baja permanente

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