Seguritecnia 467

7 SEGURITECNIA Septiembre 2019 Editorial “Ser lo que soy, no es nada sin la Seguridad” (Shakespeare) E l empleo de aeronaves pilotadas remotamente (RPAs o drones) no es un juego. Sirva de ejemplo el caso ocurrido en 2015 en Estados Unidos, cuando un aparato de este tipo se estrelló en el jardín de la Casa Blanca. El incidente activó todas las alarmas de seguridad nacional, si bien finalmente resultó ser un acci- dente provocado por un empleado gubernamental que perdió el control del pequeño drone cuando lo utilizaba para entretenerse. La anécdota –afortunadamente quedó en eso– refleja dos realidades: que la utilización de estos vehí- culos aéreos en determinados espacios o situaciones puede provocar accidentes y que podrían llegar a causar un gran impacto si quienes están al mando son terroristas o criminales. En los últimos años, la preocupación por el uso de aeronaves no tripu- ladas con fines recreativos ha ido en aumento, como demuestra el desa- rrollo de la normativa. En España, el Real Decreto 1036/2017, de 15 de di- ciembre, por el que se regula la utilización civil de las aeronaves pilotadas por control remoto, establece límites y requisitos para poder volar drones y, más recientemente, la Unión Europea aprobó el año pasado un nuevo reglamento sobre la materia con la finalidad de reforzar la seguridad en torno a estos aparatos. Porque los drones pueden ser un fantástico instru- mento para todo tipo de actividades, pero también representan un peligro en manos inadecuadas o cuando se conciben como un juguete exento de peligros. Pero más allá de las imprudencias, se trata de un problema que afecta especialmente a la seguridad del Estado. Así, la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 incluye el uso de aeronaves pilotadas remotamente en- tre las vulnerabilidades del espacio aéreo y ultraterrestere, como posi- ble fuente de “acciones de naturaleza agresiva o ilícita por parte de Esta- dos u organizaciones no estatales”. En ese sentido, el Ministerio del Inte- rior acaba de instalar sistemas de protección contra drones en algunas zonas críticas para el funcionamiento del país como son los palacios de La Zarzuela y Moncloa o las Cortes Generales. Aquí la industria de la seguridad y la defensa tienen una importante labor y oportunidad a la hora de suministrar tecnologías que permitan neutrali- zar las amenazas relacionadas con drones. Conviene también recordar la importancia de poner el foco en la ciberseguridad. Si bien se están haciendo es- fuerzos en la regulación de su uso civil, también deberían adoptarse medidas para que la industria que fabrica y vende estos aparatos asegure las comunicaciones de manera que evite delitos de interferencia ilícita, robo de datos o que afecten a la disponibilidad de la operación. La Fundación Borredá quiere sumarse a esa labor de concienciación y conocimiento sobre la seguridad rela- cionada con las aeronaves no tripuladas y para ello organiza la Jornada informativa sobre el Reglamento Euro- peo de Drones y el uso de RPAs como herramienta para la seguridad , con la colaboración de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y Seguritecnia , que tendrá lugar el 7 de octubre. S Los drones no son un juego Es necesario llevar a cabo una labor de concienciación para trasladar que el uso de drones conlleva implicaciones de seguridad que no deben obviarse

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