Seguritecnia 475

SEGURITECNIA Mayo 2020 17 Tribuna de opinión cio esencial, esto es, facilitar ágilmente una estadística real y predictiva uná- nime, no lo ha sido. Hemos optado por priorizar la apertura de estancos. La transferencia intergeneracional que vamos a hacer al final de este ma- remágnum, con una deuda mayor que el PIB, será dramática para aquellos que están desde 2008 en fase de incorpora- ción o primeros pasos en situación de empleo. La tan cacareada conseguida globalización ahora nos jugará en con- tra, porque no habíamos profundizado en las desventajas. Apostar por la seguridad Hace tiempo ya sabíamos que las próximas crisis mundiales vendrían por el terrorismo bélico y el bacterioló- gico (bioterrorismo provocado o so- brevenido involuntario). Pero no lo he- mos esperado invirtiendo todo lo que deberíamos en sanidad, genética, in- vestigación veterinaria, tecnología re- lacionada, seguridad o ingeniería de datos para hacer frente a este tipo de amenazas de futuro. Hemos acabado yendo a ciegas. De todo se aprende. Ojalá sea así en el futuro, porque quién sabe si al próximo bichito le encantará el agua con jabón o se sentirá irremediable- mente atraído por el algodón de las mascarillas. No obstante, de momento parece que no hemos tenido suficiente escar- miento en la desescalada todavía. Por ejemplo, viendo cómo alguna comuni- dad autónoma contrata de golpe y con- tra reloj a miles de personas en situa- ción de desempleo para garantizar la seguridad, la vigilancia y el control de accesos y aforos en sus playas. De esa manera, han descartado a vigilantes de seguridad en paro o sometidos a ERTE, que están a la espera de poder reanu- dar su actividad con nuevas demandas de servicios y cuentan con formación precisamente en esas actividades de prevención. También es cierto que alguna otra co- munidad sí ha considerado conveniente contrastar nuestras recomendaciones, compartidas por la representación so- cial mayoritaria de los trabajadores, y han optado por la presencia de la segu- ridad privada como mayor garantía de protección para el ciudadano en sus ac- cesos a lugares con importante concu- rrencia de personas. Así que, en parte, lo de “a grandes males, grandes remedios” y “los experi- mentos con gaseosa” es para otros paí- ses europeos. No es un tema de azu- les, coloraos, naranjas o moraos, es que “aquí somos así”. Pero no todo ha sido acelerar cam- bios para luchar contra el bicho, tam- bién hemos tenido que aplicar reme- dios provisionales, pequeños ajustes y aceptar “pulpo como animal de compa- ñía” para poder seguir jugando con la pelota del niño rico. Porque no parece que todos estos cambios, algunos me- tidos a calzador aprovechando la con- fusión y el miedo (por ejemplo, esa fi- jación que les ha entrado a algunos de acabar con el uso del efectivo, redo- blando esfuerzos a tal fin justo en este momento donde las prioridades debe- rían ser otras), sean tan necesarios y na- turales como nos han querido hacer creer. No todos tienen por qué conver- tirse en cambios permanentes cuando retornemos a la normalidad. Otros cambios ojalá que sí sean pe- rennes, como ver niños corriendo por el parque como si no hubiera mañana y no en el centro comercial, el dar más sentido a las palabras “¿cómo estás?”, las

RkJQdWJsaXNoZXIy ODM4MTc1