Seguritecnia 478
16 SEGURITECNIA Septiembre 2020 Entrevista La preocupación principal no es ya que te convenzan de algo o que te vendan una idea, sino el desconcierto, la inseguridad y la falta de confianza que generan todas estas campañas. ¿Qué tenemos que hacer al respecto? Pues lo que necesitamos es transparen- cia, educación y espíritu crítico. Es muy difícil luchar contra la generación de las falsas noticias, e incluso se puede caer en la censura de una manera muy fá- cil y bastante subjetiva. Lo que tenemos que hacer es evitar que esas falsas noti- cias afecten a la ciudadanía a través de la educación. Tenemos que educarnos para pensar más despacio y profundizar mucho más en las ideas, tener más es- píritu crítico. ¿Qué actores deberían ser los que más se involucren para conseguir lu- char contra la desinformación? Hacen falta tres actores, fundamental- mente. Por un lado, necesitamos me- dios de comunicación capaces de dis- tinguir entre la línea editorial y la noti- cia. A veces yo voy directamente a los titulares de las agencias de noticias, que te dicen el hecho objetivo que ha ocurrido, en lugar de leer el periódico, en el cual ya entra el sesgo político, ideológico o económico. Lo primero es tener una base sobre la cual poder construir tu relato, tu verdad. En segundo lugar, está la formación y el espíritu crítico de la sociedad civil. Debemos esforzarnos en adquirir la in- formación suficiente y tener el espíritu crítico para distinguir lo que es infor- mación de lo que es opinión. Finalmente, necesitaremos que, desde las instancias oficiales, a to- dos los niveles de la Administración, se penalice aquello que atente con- tra la buena convivencia. No se trata de censurar ni de evitar la protesta o la opinión, pero sí la manipulación que pueda afectar a la cohesión social. Hay una línea muy delgada entre la mani- pulación, la censura y la libertad de ex- presión. Pero una cosa es la libertad de expresión y otra la libertad para des- informar. Ahí deberíamos tener una lí- nea roja. ñas como para ser relevantes o bien lo contratan desde fuera. Lo importante sería generar un am- biente fiscal, de cooperación público- privada y de financiación sólido para que el volumen de las compañías espa- ñolas fuera lo suficientemente grande para no solamente crear ese talento, sino que se quede en España. Como decía antes, la desinforma- ción es una preocupación del Estado. ¿Cómo valora la influencia que tienen este tipo de campañas en España, es- pecialmente las que vienen de fuera? Hay un poco de mito en cuanto a la in- fluencia de la desinformación que viene de fuera, y sobre todo en cuanto a su procedencia. Lo que sucede es que hay una narrativa dominante que no con- sideramos desinformación, porque es la dominante, y luego existe una serie de narrativas que intentan contrarres- tarla o ir en contra de esta narrativa do- minante, a la que llamamos desinforma- ción. Desinformación viene de muchos ámbitos, no solamente de Rusia, China, Irán o Corea del Norte, que son los sos- pechosos habituales, sino que también nos llega de países amigos. La mayor parte de la desinformación que vemos en el día a día procede de actores locales que tienen intereses lo- cales, ya sean políticos, partidistas, eco- nómicos o de cualquier tipo. Lo que viene de fuera suele limitarse a explotar las debilidades que tenemos. Y el pro- blema es que hay un clima de crispa- ción ahora mismo, no solamente en Es- paña sino en buena parte del mundo, que provoca muchas aristas abiertas por las cuales meter cuñas para ampliar los efectos de la desinformación. ficial, es la capacidad que tienen de in- fluir en las poblaciones y en la econo- mía. Al igual que con las redes en ge- neral, una progresiva fragmentación de los mercados provoca una polarización hacia las tecnologías o hacia la depen- dencia tecnológica. Pero si no existe cooperación, perdemos todos. Si con- centramos la lucha en campeones na- cionales, probablemente vamos a des- virtuar un avance para la humanidad en pro de un avance para una parte con- creta de la humanidad. A España nos afecta muchísimo, sobre todo porque no somos ni China ni Esta- dos Unidos. Si fuéramos uno de los dos países, estaríamos por lo menos en con- diciones de aportar algo. Creo que Es- paña tiene un talento tremendo y unas industrias extraordinarias. Lo que no tiene es la organización empresarial para potenciar todo ese talento, ni el volu- men suficiente. Por ello, las iniciativas de España deberían estar dentro de las eu- ropeas, porque Europa sí tiene algo que decir en esta confrontación o en la confi- guración del mundo del futuro. ¿Cuáles son los puntos fuertes de la ciberdefensa en España? ¿Qué aspec- tos necesitan mejoras? En España tenemos un talento extraor- dinario. Tenemos algunos de los mejo- res profesionales del mundo en cues- tión de ciberdefensa y muy buenas pe- queñas empresas. Nos falta un mayor desarrollo de tecnologías propias, saber retener el talento y coordinar a los ac- tores públicos y privados para generar un ecosistema que fomente la coopera- ción. El problema es que todo el talento que estamos generando o bien se con- centra en empresas demasiado peque- “No podemos externalizar el trabajo en las máquinas y, al mismo tiempo, la responsabilidad, porque entonces nos convertiremos en títeres”
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